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CHAPTER 0.02 ❝ La despedida ❞

Una vez estuvo escondida bajo la rama de un árbol, esperando inmovil a que apareciese una presa, cuándo se quedo dormida y cayó de espaldas desde una altura de tres metros

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Una vez estuvo escondida bajo la rama de un árbol, esperando inmovil a que apareciese una presa, cuándo se quedo dormida y cayó de espaldas desde una altura de tres metros. Fue como si el impacto la dejara sin chispa de aire en los pulmones , y allí se quedo, luchando por inspirar, espirar, por lo que fuera.

Así se sentía en este momento, luchaba porque su respiración no quedará atorada en su garganta. Parpadeó varias veces intentando pensar en que estaba viviendo un sueño, y no era real.

Un círculo se formó alrededor de ella, todas las chicas de su edad la miraban con pena, mucha pena. Incluso otras parecían bastante aliviadas de haberse salvado otro año.

– ¿Dónde estás nena? –

La irritable voz de Effie Trinket hizo que inmediatamente saliera de su trance, trago saliva. Y a pasos lentos salió de la zona de chicas de su edad , incluso escuchó como alguien le susurraba "suerte".

Se cruzó con la mirada de Thomas, quién parecía que acababa de ver un fantasma. Unos pequeños brazos la rodearon como si fuese un tronco.

– ¡Lie! ¡Lie no! ¡No puedes ir! –

– Ossian, suéltame porfavor –dice con dureza, porque la situación la altera y no quiere llorar – ¡Suéltame! –

Alguien tira de ella por atrás , se gira y mira a Thomas, que levanta a Ossian del suelo, mientras él forcejea en el aire.

– Arriba Amy – le dice, intentando que no le falle la voz; después lleva a Ossian directamente a su madre.

Un agente de la paz llega a ella, tomándola bruscamente del brazo y haciéndola caminar obligadamente. Se presenta una conmoción en la multitud al mirar la brusquedad con la que la chica había apartado al agente.

Con la poca fuerza que le quedaba subió los escalones que la llevaban al escenario. Le fue inevitable no mirar a los dos vencedores que se encontraban ahí. Uno de ellos tenía una sonrisa bastante macabra y él otro tenía la mirada clavada directamente en el piso.

– ¡Bueno, bravo! – exclama Effie Trinket, llena de entusiasmo – ¡Este es el espíritu de los juegos! – encantada de que en sus dos ultimas cosechas haya algo de acción – ¿podrías repetirnos tú nombre? –

– Amelie Beinhofer – responde luego de tragar saliva.

– Me apuesto los calcetines a que era tu hermano ¿verdad?. ¡Vamos a darle un aplauso a nuestro último tributo! –

  𝙏𝙝𝙚 𝙂𝙧𝙚𝙖𝙩 𝙒𝙖𝙧 - peeta m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora