09 de diciembre - Hanahaki

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—Ho-hola Beyond—Mello aquella mañana despertó con un poco de problemas para respirar, había algo revoloteando dentro de suyo y necesitaba sacarlo. Tontamente pensó que era el flechazo que tenía desde que conoció al gemelo de su tutor escolar L, dos años mayores que él. Y es que la primera impresión que tuvo fue maravillosa, lo vio debatir con L sobre temas tan casuales como profundos sin titubear al utilizar un contra argumento, nadie que él conociera podía ganar o mantener una discusión con L. Esa tarde Mello no podía despegar la mirada mientras comía mermelada. Y cuando se despidieron Beyond le sonrió. Era sólo una sonrisa de despedida, mera cortesía, pero para un joven Mello de catorce años que recién empezaba a sufrir los primeros amores juveniles fue el clavo en el ataúd.

—Mello, ¿hay algo en lo que puedo ayudarte? —hoy sería el día, tomó una caja de su cuarto, se bañó, se peinó, se puso su mejor colonia. Él chico de ojos carmesí no podría rechazarlo. ¡Dios que por favor no lo rechace!

La sensación de ahogo se incrementó, supuso que era por no comer todo el desayuno, así que continuó intentando sacarse aquello del pecho.

—Yo...tú, tú me... ¡Ten! —dijo alargando una caja, el otro chico la aceptó y al abrirla vio distintos frascos de mermeladas en conserva.

—Esto es un detalle muy caro para ser algo que le das a otro porque sí, no es mi cumpleaños ni tampoco navidad. ¿Es lo que creo Mello?

—Desde que te conocí sabía que me gustabas, eres muy listo y me divierto estando contigo. Debía de sacarme esto del pecho o no podría seguir tranquilo coff coff —Beyond no le gustó esa tos. Le tomó de la muñeca guiándolo a la enfermería. Odiaba la primavera, la odiaba con todas sus entrañas porque era cuando el hanahaki pegaba con mucha más fuerza.

— ¿Beyond? —la fiebre lo hacía trastabillar, el moreno le tomó la temperatura y se asustó.

—Lo siento, Mello, pero no puedo corresponderte. No me interesas de esa forma y ahora trata de caminar más a prisa —un ascenso de tos los obligó a detenerse, Mello sentía que iba a vomitar todo le daba vueltas y tenía un empalagoso regusto a miel en la boca; se preparó para la sensación de devolver el desayuno, pero no fueron huevos fritos y café lo que cayó al suelo, fueron pétalos de rosa, decenas y decenas de pétalos, flores completas y tan rojas. Beyond lo llevó casi arrastrando con la boca llena del regusto a polen y néctar. Se quedó en la enfermería esa tarde y al salir de la escuela su madre lo llevó al doctor.

RECETA MÉDICA:

*Tomar con cada comida tres gotas de lágrimas de felicidad disueltas en licor de melocotón durante siete días.

*Evitar los chocolates o cosas dulces, esto puede fungir como fertilizante para los sentimientos. No beber más de un litro de agua, de lo contrario ayudará a que las flores crezcan sin control.

*Para la poda emocional al tercer día romper todo lo que haga recordar a la persona, de no tener alguna foto, carta o regalo, escribir una carta donde se arroje todos los sentimientos por esa persona y quemarla.

—Demonios, ¿por siete días tuviste que hacer eso? —le preguntó Matt devolviéndole la receta médica. Matt era su nuevo amigo, recién empezaba el nuevo semestre, el primero en el que no podría ver a L ni a su hermano Beyond y para Mello eso estaba bien. No quería que el hanahaki empeorara y se viese en un quirófano de emergencia—Tuviste suerte de que fuese leve, me dicen que cuando es muy serio y se riega por tu corazón pulmones y estómago es operación y te podan todo, incluso la capacidad de amar a otras personas.

—Eso es muy improbable, tendrían que cambiarte todo el corazón.

—De verdad ha llegado a pasar, mi padre es médico y me contó de una chica enamorada de su jefe, tosió pétalos por semanas  y no quería ir al servicio médico porque vendrían las preguntas y el señor era casado. Para no hacerte el cuento largo llegó de emergencia porque su corazón tenía raíces por todas partes. Tuvieron que podar y raspar tanto que se llevaron su capacidad de querer a otro hombre. Está en recuperación tomando lágrimas de felicidad, escuchando risas de niños pequeños y consumiendo poesía cada dos horas.

Mes Meronia 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora