CAPÍTULO 52

71 1 0
                                    

Las siguientes semanas han pasado muy rápido para mí gusto, me encargo de trabajar dentro de la oficina y he tenido algunos choques con el Coronel en relación con los operativos, nada le gusta, nada le parece bien, todo está mal para el. Lo vi entrar a mí oficina sin tocar y baje los pies de la mesa, me encontró sentada en el sofá pero me duelen los pies

-Debemos empezar a tocar Coronel - dije llegándome una galleta a la boca y se acercó sentándose en la silla frente a mi

- Como sabrás, salimos en una hora y quería venir a despedirme – lo mire un momento con el ceño fruncido – Vine a despedirme de mi criatura así que con tu permiso voy a tocarte – Se acerco con cuidado

- No te he dado permiso de acercarte – dije con el corazón en la garganta se encogió de hombros y puso las manos en mi camisa

-Puedes?.. – dijo y asentí subiéndola dejando mí abdomen descubierto, tengo el pantalón desabrochado su cercanía me pone el corazón a mil, puso sus manos y di un respingo por sus manos frías sonrió y se acercó más – Papá tendrá que irse pero volverá… Tu madre cuidará de ti confiemos en ella, Papá te ama – Cerré los ojos cuando acerco sus labios a mí piel descubierta, tengo un cosquilleo en mi vientre.

Los vi abrir encontrándome con su mirada pegó nuestras frentes y dejo un beso en esta para luego salir de la oficina, solté el aire que estuve contenido… y me levanté para ir a la sala de operaciones

Se vuelve frustrante el echo de tener que trabajar dentro de la oficina o en la sala de operativos.

Termine de acomodar todo solo faltan unas horas para que empiece, siento una extraña sensación en mí pecho, me siento inquieta con ganas de vomitar. El grupo Elite es la encargadas del operativo todos están en posición en espera de una orden

-No dejen de comunicarse – hablo Ruiz a mi lado – La Nave del Coronel está por despegar 

Cerré los ojos concentrándome en mí respiración solo necesito escuchar su voz para calmar mis nervios, tenemos las cámaras del lugar pero aún no loe vemos a ellos

-Faltando uno para el despegue – lo escuché y mí corazón dio un brinco, las tropas empezaron a movilizarse por la playa saliendo de los escondites, mi pierna se mueve de arriba a bajo, tome agua del termo que me dejó el Ministro para que no saliera de la sala y estuviera pendiente de cada movimiento el tuvo que salir a una reunión con urgencia

Las detonaciones empezaron a llenar mis oídos y la ansiedad crece, la isla no es muy grande y puede prestarse para muchas cosas, el hotel ocupa casi la mitad puedo distinguir a Mancini entre los soldados que se tomaron el casino, Julieta va subiendo a la azotea detrás de una mujer y Sandoval va guiando un grupo por la parte de atrás.

 Pasaron unas cuantas horas dónde Misael empezó a disparar todo el tiempo estuvo sobre volando la zona, desde el helicóptero a un punto en específico y lo vi bajarse de este para adentrarse al hotel 

-Tenemos tres bajas -Hablo una voz que no logro distinguir y Suspiré – Todo listo para la retirada Capitana, mercancías aseguras, hombres capturados

- Asegúrense de que todo esté el orden y vuelvan… - dije mirando fijamente las cámaras, siento una inquietud

- Todo muy rápido y tranquilo para lo que estamos acostumbrado – hablo Ruíz a mí lado quitándose el auricular y asentí sin despegar la mirada  los vi a todos subirse a las camionetas mientras otros subían a los capturados

Misael volvió al helicóptero el punto rojo de su ubicación se mueve en la misma zona hasta que por las cámaras los vimos despegar no sin antes cruzar palabra con Jeremías se quitaron el casco, Jeremías le sonrió y el frunció el ceño negando.

Hermosa DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora