¿Me amas? || Gochi ✔

[Capítulo dieciséis]

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El saiyan se quejaba y a la vez se lamentaba todo, esperaba poder arreglar las cosas de una voz por todas.

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Caminaba rápidamente mientras le agarraba con más fuerza. Podía escuchar las quejas pero no hizo nada al respecto.

Hundida en sus pensamientos no se dió cuenta de que ya habían llegado a su destino. Abrió la puerta y le soltó de un golpe dejándolo caer en el sofá, éste se levantó sin ningún problema y empezó a sacudirse el pantalón y masajearse el cuello.

Chichi puso sus manos en su cintura. La sangre la hervía como nunca antes. Goku, ¿en qué lio te has metido?

─ Chi- No lo dejó terminar dándole un golpe en la nuca.

─ ¿¡Qué es lo que te pasa idiota!?- Gritó sin voz.

─ Chichi- Bajó la cabeza─. Podemos hablar de esto.

─ ¡Nunca! Me haces sentirme horrible y después vas y me espías, ¿pero tú de qué vas?- Preguntó teniendo la mirada fija.

Goku no sabía que responder, su mujer no quería escucharle, sabía que se había metido en un buen lío pero haría todo lo posible para recuperarla.

Recordó el como Chichi hablaba sobre Dylan, se la veía tan felíz y con un sonrojo que hicieron que el saiyan apretara sus puños.

─ Chichi, ¿te gusta ese Dylan?- Los ojos de Chichi se abrieron de par en par.

─ ¿Eh?

─ ¿Te gusta Dylan?- Cuestionó de nuevo.

─ ¡Ya te he escuchado imbécil!- Suspiró─. Goku, ¿para qué quieres saber eso?- No contestó─. ¿Estas celoso acaso?

Un silencio invadió la sala, era muy incómodo y raro.

─ Dime la verdad.

Chichi caminó hasta la puerta, se giró para verlo una vez más mientras sonreía.

─ No estoy segura. Voy a ir a verle, más te vale no seguirme como antes- Lo miraba amenazante.

La pelinegra salió dejando a Goku con un vacío y ardor en el pecho. Salió también de su hogar pero esta vez para dirigirse a la casa de Bulma, después de todo era una experta en cosas de amor.

Tocó el timbre de la gran mansión siendo abierto por una sirviente. Goku preguntó por su mejor amiga a lo que la criada le respondió amablemente.

Anduvo por los pasillos intentando no perderse, desde luego era muy difícil acordarse de todo el recorrido.

La peliazul apareció en frente suya, dejó caer las herramientas al suelo y corrió a él cogiendolo de la oreja con fuerza, Bulma no sabía artes marciales pero pegar pegaba fuerte.

─ ¿¡Qué te pasa!? ¿¡Sabes cómo está Chichi por tu culpa!?- El saiyan consiguió liberarse de ella.

─ Ya lo se Bulma, es por eso que necesito tus consejos y tu ayuda.

La científica se sorprendió por eso, realmente quería recuperar a su esposa. Bulma sonrió cálidamente diciendo que la siguera, desde luego había muchas cosas que arreglar.