CAPÍTULO 12: CINE

26 1 0
                                    


-¿Estás libre esta tarde? -Toco la puerta de su oficina, asomando mi cabeza.

-Abby, claro, dame un segundo. -Sigue tecleando en su ordenador unos segundos y cuando termina, se levanta y camina hacia mí. Sus manos tiran de mí para acercar nuestros labios y que él pueda dejar un beso suave en ellos. - ¿Has pensado algo?

-Me gustaría salir.

- ¿Estás segura?

-Sí. -Salimos de la oficina. -Sé que hay riesgo de que me vean, pero, por otra parte, esos tipos llevan días en la puerta de mi casa, y no parece que sepan dónde buscarme. Ninguna de las noches anteriores fueron a buscarme al club. -Y si fueron la última noche, seguro que se fueron espantados después de ver cómo me defendía Carter.

-Está bien, como tú quieras. ¿Dónde quieres ir?

- ¿Qué tal un cine?

-Tú y yo en una sala oscura durante dos horas, si te va ese rollo por mi bien, pero para ese tipo de cosas, podemos quedarnos aquí en casa. -Empieza a dejar besos por mi cuello sin dejarme avanzar por el pasillo.

-Carter... Es enserio, quiero salir. Si no quieres ir al cine, está bien, pero necesito salir de aquí, me empiezo a agobiar en esta casa. -Inmediatamente corta su despliegue de besos y se queda quieto, como arrepentido de haberlo hecho.

-Yo... Siento si te he agobiado... Yo no quería...

-Oye, no es eso. -Me giro hacia él y me suelta de su agarre. Intento tocarle la cara, pero se aparta. -Me agobia no poder salir de casa cada vez que quiero. Quiero ir a correr, a comprar, al cine o a no sé, la peluquería, y no puedo porque tengo miedo de salir sola y que esos tíos vuelvan a aparecer y esta vez no me dé tiempo a salir corriendo. Pero tú no me agobias. -Esta vez sí me deja acariciarlo. -Tú eres lo único que me mantiene cuerda ahora mismo.

Parece como si mis palabras le hubieran sacado esas ideas de la cabeza, porque su expresión cambia en dos segundos, su ceño ya no está fruncido, sino que sonríe, subiendo la comisura de su labio con malicia. Vuelve a agarrarme de la cadera acercándose a mí.

-Entonces... ¿Al cine?

*

-Por favor, no me obligues.

-No pienso ver una de tiros.

- ¿Y la alternativa es una de amor?

- ¿Prefieres ver una de dibujos?

-No, yo tenía pensado unas escenas más de adultos.

-Carter. -Mi tono serio parece hacerle gracia.

- ¿Sabes? Escoge tú la peli que quieras, yo iré a por algo de comer para ti, yo tengo mi comida justo aquí. -Me besa y le veo irse hacia donde están las golosinas.

Dudo sobre qué película elegir. No quiero que se aburra, bastante ha hecho con acompañarme. Hago fila para comprar las entradas, observo la gente que tengo alrededor. Familias con niños, grupos de amigos y... Parejas. Delante de mí tengo una pareja, agarrados de la mano. Ella lleva puesto un vestido tan corto que él le ha dejado su chaqueta para que no se congele. Se tocan, se abrazan, se ríen. Antes cuando veía esas cosas, me daba un poquito de envidia, pero ahora no, porque a mí me acaban de besar, y no sé si está bien o mal. Quiero decir, es un beso, no puede estar mal, pero no sé hasta qué punto Carter y yo podemos hacer esas cosas.

El comportarnos como una pareja sin ser una real. Porque no me quiero engañar a mí misma, sé que solo soy un entretenimiento para él. Algo con lo que divertirse unos días, está sacando provecho de mi situación, dejando que me quede en su casa para poder acostarse conmigo. Eso me lo repito cada día, para que, cuando me pida que me vaya de su casa, no me lleve una decepción.

TUS BRAZOS SOBRE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora