CAPÍTULO 14: PICNIC

32 2 1
                                    

Entonces, ¿estás mejor?

-Me costó los dos primeros días, lloré mucho, no te voy a engañar, pero ya está superado.

-Trabajar en el club sin ti es una mierda, no me cae bien mi nueva compañera.

-Sí, a nadie le gusta esto, Brando está tan cabreado que paga su frustración conmigo más que antes. -Se queja Milo.

Él y Nat han venido a pasar el día conmigo a casa de Carter, quien ha vuelto a salir por "problemas en la oficina" y a saber cuándo vuelve.

Estamos en la piscina, Milo no ha tardado ni dos minutos en meterse al agua desde que ha llegado, sin embargo, Nat y yo preferimos quedarnos en el borde, tan solo con los pies en remojo. Aunque hace bastante calor. Estoy echándole crema a mi amiga por todos los tatuajes que lleva en su cuerpo, que son muchos, cuando sacan el tema de mi reciente despido.

-Que le jodan a Brandon, no dijo ni una sola palabra en mi favor cuando me estaban echando. No me da lástima.

-Tampoco podía decir mucho Bi, la jefa es Amanda.

-Sí, pero es con él con quien he trabajado más todos estos años. Le he hecho cada favor que me ha pedido, incluso hice de niñera de este inútil. -Salpico con el pie a Milo que parece más un niño pequeño el primer día de verano que un amigo que ha venido a hacerme compañía.

-Oye, que gracias a mi inutilidad, conociste al ricachón este, me debes una. -Me devuelve el agua que le he tirado antes con todas sus fuerzas, empapando a Natalie en el camino.

- ¡Niñato! ¡Mi pelo! -Se queja mi amiga y yo solo puedo reírme a carcajadas. Me alegra que hayan venido a verme, la verdad es que me aburro mucho cuando Carter se va y me da algo de miedo salir sola. No sé dónde puedo encontrarme a los monos que mi hermana ha puesto a darme caza. Pero sé que aquí dentro estoy a salvo. Me siento a salvo.

Sé que no debería sentir esta casa como mía, que en cualquier momento me voy a tener que ir con el corazón roto, pero también siento que ya es tarde. Llevo un mes viviendo en esta casa, durmiendo en la misma cama, con Carter, conviviendo con él, ya me he acostumbrado y me voy a morir de dolor por dentro cuando me tenga que ir.

Mery rompe mis pensamientos y los gritos de mis ex-compañeros cuando aparece con una bandeja en sus manos y la deja a nuestros pies.

-Aquí tenéis, fruta y un poco de limonada, hoy hace bastante calor.

-Gracias Mery, eres la mejor. -Le doy un beso en la mejilla antes de que se levante y vuelva al interior de la casa.

Mery en estas semanas ya no es una empleada de Carter para mí. Paso mucho tiempo con ella, es más, está compartiendo conmigo algunos de sus trucos en la cocina, aunque no me cuente aún el secreto de las tortitas que me hace casi cada mañana, y por las que he engordado un kilo. Tengo que empezar a hacer ejercicio y el maratón de sexo constante que hace Carter conmigo no me sirve. Además, ese es otro de los motivos por los que necesito mejorar mi cardio, no aguanto su ritmo.

-Así que has pasado de vivir en tu asco de apartamento, a vivir aquí, con ese tío buenísimo, y con criados. Definitivamente deberías darle las gracias a Milo.

-No son criados, son empleados.

-Cuando mueras quiero salir en tu testamento. Y quiero ser el padrino de tu boda.

-Estás flipando- Nat le tira una uva a Milo, que sorprendentemente atrapa con la boca. -Si alguien va a ser la madrina de su boda voy a ser yo. Soy la que lleva aguantando sus lloriqueos todos estos años.

-Oye, yo no lloriqueo.

- ¿Ah no? ¿Y cuando te rompiste la pierna? ¿Quién te llevó a urgencias?

-Me rompí la pierna porque te empeñaste en llevarme a casa en moto, llevarme a urgencias era lo menos que podías hacer. -Ese día lo pase bastante mal, no solo por mi pierna rota, sino porque pensaba que Natalie descubriría en el hospital mi verdadera identidad, pero por suerte mis documentos falsos son bastante reales.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 27 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

TUS BRAZOS SOBRE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora