Capítulo 8 | Confusión

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Cellbit lo llevó bastante tarde a su departamento, dejándolo en la puerta del gran edificio y despidiéndose con un buen y largo beso.
No pudo evitar la tonta sonrisa cuando subió por el elevador, ni cuando entró al departamento y se dejó caer en la cama cuál colegiala de película romántica.

Aún podía sentir los labios de Cellbit contra los suyos y esas traviesas manos que le acariciaron más de una vez los muslos.

Se mordió el labio inferior con emoción, aunque le hubiese gustado escalar la situación tuvo bastante fuerza de voluntad para no dejarse llevar, supo poner un límite y Cellbit como todo un caballero lo respeto. Era un hombre de ensueño, escribía, dibujaba y lo trataba como si fuese una creación magnífica del universo.

Hacía tanto que no se sentía así...

Entre sus grititos silenciosos de emoción logro escuchar a Luzu en la oscura y tranquila noche. Parecía estar discutiendo con alguien muy molesto. Se sentó en la cama de forma automática cuando escuchó sonido de cristal haciéndose añicos y luego el sonido de la puerta; miró con terror hacia el balcón.

¿Y si le habían hecho algo?

A pasos torpes se acercó a esta y la abrió de par en par, casi como si estuviese ensayado Luzu hizo lo mismo. Una gran herida le recorría la mejilla dejando como resultado un manchón irregular de sangre, tenía el labio partido y la mirada más afligida con la que lo había visto jamás.
Sus ojos se encontraron y aunque Quackity sabía que debía estar pasándolo fatal recibió una sonrisa de su parte.

–Hola Quacks, ¿cómo estás?– su voz sonaba ronca, probablemente por los gritos de la discusión.

–¿Tú cómo estás?

El mayor hizo una mueca y negó.– He estado mejor.

–Déjame curarte.

–¿Qué harás? ¿saltar como yo aquel día?

Quackity hizo mala cara y negó.– No estoy tan loco como tú, voy a ir a tu apartamento.

El castaño miró detrás suyo, como si tuviese una bomba de tiempo en el departamento que fuese a explotar en cualquier instante. Jugueteó nervioso con las manos y negó antes de hablar.
–No, iré yo al tuyo.

Sacó un botiquín del baño con la mente trabajando a mil por segundo, Luzu se veía bastante mal, la herida en la mejilla parecía ser bastante profunda y el labio se veía muy irritado

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Sacó un botiquín del baño con la mente trabajando a mil por segundo, Luzu se veía bastante mal, la herida en la mejilla parecía ser bastante profunda y el labio se veía muy irritado. Quién sea que le haya hecho eso debía odiarlo bastante.

Sin decirle nada ni preguntar al respecto se sentó frente a él alcanzando un poco de alcohol y algodón para limpiar la herida de la mejilla. Los rubíes veían atentos cada acción, siguiendo los movimientos fijamente lo que solo ponía nervioso a Quackity.

–¿Puedes mirar a otro lado? me siento algo nervioso si me ves fijamente.– y no mentía, estaba tan cerca que podía oler su perfume.

Luzu hizo caso a la órden fijando la mirada en otro lugar, más específicamente en la mesita de noche donde Quackity tenía su celular.– Llegaste hace poco.

Amar(T) en el Alfabeto | Luckity - Chaosduo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora