Equipo Chouza

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Gai mira al rededor, todo era un caos, había cuerpos y restos de edificios por todos lados, la mano de Kurenai en su hombro lo sacó de su trance.

-Gai vamos, hay que ayudar.

Asintió y se movió de inmediato, estaban buscando sobrevivientes, o cuerpos, bajo los escombros.

Pensó ver una pequeña sobra que se movió debajo de un gran trozo de lo que solía ser una pared, pudo no haber sido nada pero cualquier esperanza a la que aferrarse era útil, usó toda su fuerza para levantar el escombro logrando ver a la persona atrapada abajo, aún se movía aunque se veía con dolor.

-Encontré a alguien!- gritó, Asuma y Raído se apresuraron a sacar al joven mientras que Kurenai se unía a él para soportar el peso.

Los equipos médicos se acercaron casi de inmediato, y una vez que estuvo asegurado se dirigieron a la zona donde trataban a los heridos. En el lugar ahora vacío había un ANBU con máscara de pájaro.

El lugar cayó en un silencio sepulcral, en general no veían mucho a los ANBU, a excepción de Kakashi.

-Asuma Sarutobi, debes venir conmigo.- su voz era lisa e inflexible.

-Que pasa - su frente se frunció en preocupación- es sobre Matsuda?

- Por favor, acompáñame.- Asuma trago con ansiedad, miró a sus amigos unos segundos, Kurenai le sonrió apenas haciendo un pequeño gesto.

Con un ultimo asentimiento Asuma desapareció junto al ANBU.

———

Gai llevaba una caja de suministros médicos, en el camino logró ver a Ibiki abrazando a un pequeño cuerpo dormido que se aferraba a él mientras acariciaba su cabello, solía olvidar que tenía un hermano menor.

Sin embargo para llegar al área médica también tuvo que pasar por la zona donde estaban poniendo los cuerpos, y entre todos los llantos de desesperación que le helaban la sangre había uno que resaltó de entre todos.

Era Asuma, llorando desconsoladamente en los brazos de su hermano quien parecía estar al borde del colapso, la fuente del sufrimiento de los dos hermanos era bastante obvia, ya que a sus pies estaba el cuerpo sin vida de Biwako Sarutobi, sus rasgos normalmente severos ahora estaban relajados, su piel levemente bronceada pálida y su cabello normalmente impecable desordenado y sucio. Gai estaba demasiado lejos pero cree ver rastros de sangre seca que salían de su boca.

- Lleva eso adentro por favor- Llamo su atención una de las médicas que salía de la tienda.

Gai se sobresaltó y se apuró a obedecer.

-Claro, perdón.

No se atrevió a volver a mirar en la dirección en la que ahora venía la voz de Asuma gritándole al tercer Hokague.

———

El funeral para los caídos en el ataque del zorro no fue diferente para el de los caídos en las guerras, el Hokague daba unas palabras y todos mostraban sus respetos. La mirada de Gai no salió de Asuma, quien parecía mirara al vacío sin expresión y con ojos muertos, se fue en cuanto fue apropiado, siendo abrazado por su hermano.

Mientras se alejaban Gai no perdió el tiempo pensando y corrió hasta alcanzarlos.

-Asuma!- el chico se detuvo y se dio vuelta, sus ojos estaban hinchados y se notaba que no había dormido.