"En dónde Masaru se embarcó en una aventura para cumplir sus sueños, pero pronto se encontró con problemas inesperados que lo llevaron a conocer a su futuro novio."
- Male oc x Zoro
- One piece fanfiction
- Basado en el live action
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Un escalofrío de pánico recorre a Masaru, y su único pensamiento es esconderse y escapar. Aunque la lógica le dice que no deberían hacerle daño, ya que lograron conseguir el barco de forma gratuita gracias a Kaya, los nervios y el miedo persisten ante la idea de enfrentarlos. Patty, con quien ha tenido escasas interacciones, lo observa con una expresión de extrañeza, aunque Masaru es consciente de que su comportamiento puede parecer fuera de lo común. Aun así, no puede evitar sentirse ofendido.
Buscando respuestas, Masaru se acerca sigilosamente a la ventana y espía, observando cómo Sanji se dirige a atender la mesa donde se sentaron. La tensión en el ambiente se acentúa, y Masaru se debate entre enfrentar el miedo o simplemente irse, algo que aún no desea.
— ¡Me estás dando miedo, ¿qué se supone que haces?! — le espeta Patty con el ceño fruncido. Masaru se da la vuelta, mirándolo fijamente, y suelta un suspiro.
— ¿Te acuerdas de lo que le dije a Zeff?
— Ni idea de qué estás hablando; su charla era privada, yo no escuché nada.
— Eres un mentiroso, vi cómo escuchabas — lo acusa Masaru.
— Solo un poco. — responde Patty avergonzado.
— Bueno, ¿recuerdas a los piratas que mencioné? — dice Masaru. En la mente de Patty, se reproduce toda la conversación. Lo comprende de inmediato y comienza a reírse, tanto que incluso se sostiene la barriga. Masaru lo mira molesto, con un puchero.
— Perdón, perdón — dice Patty entre risas — No puedo creer que tengas tanta mala suerte.
— Yo sabía, pero aún así decidí pensar que la suerte estaría de mi lado — responde Masaru, soltando un resoplido — En fin, no creo que demoren mucho. Si me quedo escondido aquí hasta que se vayan, todo estará bien..
— Sí, tú lo dices, siempre tentando a tu suerte.
Antes de que pudiera responder, la puerta se abrió. Sanji entró con su libreta, elogiando lo divina que se veía la peli-naranja. Masaru lo miró con incredulidad, como si estuviera completamente desquiciado. Claro, Nami es indudablemente hermosa, pero cuando la conoces a fondo, esa belleza se desvanece. Su temperamento deja mucho que desear, y Masaru simplemente le teme.
La risa de Sanji llena la pequeña cocina, pero a Masaru le cuesta un esfuerzo sonreír. La mera idea de enfrentarse a Nami le provoca una incomodidad palpable. La tensión en el aire es evidente, y Masaru se pregunta cuánto tiempo podrá mantener su escondite antes de ser descubierto.
— Deja que Masaru atienda la mesa —dice Patty con diversión. Masaru lo mira y abre la boca, sorprendido por esa inesperada "traición".
— Por supuesto que no. El destino ha decidido que atienda a tan magnífico ser. Todo se ha alineado para que sea bendecido por esa hermosura. Viviré solo para servirle.