La vida cotidiana de una pareja de omega y alfa. La convivencia nunca fue tan difícil.
➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖
Aclaraciones:
⚠️ Los personajes pertenecen a Shungiku Nakamura.
⚠️ La historia es completamente de mi autoría.
⚠️ Basado en el manga y anime: Sek...
-Yokozawa, ¿dónde está Ichiro?-Takano sintió que un leve frío se apoderaba de él, no sabía por qué pero tenía un mal presentimiento.
-Ah, ¿tú no mandaste a buscarlo?-La expresión de confusión del omega solo creo un agujero negro en su estómago.
-¿Quién? Si yo no te dije de nadie.-Se acercó rápidamente al peliazul, pero rápidamente fue interceptado por Kirishima.
-Cálmate.-Lo agarró de los hombros y lo empujó ligeramente, estaba marcando territorio.-Vamos a buscarlo, esa persona parecía que te conocía.-
-¿Cómo se llamaba?-Trataba de mantener el control, pero no pensó que dejarle el cuidado de su hijo a una de las personas más maternales que conocía fuera a provocar algo así.
Solo era por una tarde, solo una tarde, donde ninguno de los dos podía cuidar de su hijo. Onodera iba a matarlo.
-Haitani Shin.-
Takano sintió que su estómago se le salía por la boca.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Es-estas seguro de que es aquí?-Onodera no podía parar de llorar, las lágrimas simplemente salían y salían. A su lado, Yokozawa trataba de tranquilizarlo pero todo intento era en vano. El peliazul se sentía muy mal, de verdad, aquel hombre parecía ser un verdadero amigo de Takano y él se había confiado, simplemente no tenía forma de disculparse.
-¡Haitani!-A Takano no le importaba todo el ruido que hacía el tocar la puerta de la casa donde sabía que vivía ese demente.
Las personas de las casas aledañas empezaron a asomarse por las ventanas.
De repente, el llanto de un infante se empezó a escuchar al otro lado de la puesta y Takano perdió todo sentido racional que separaba a los alfas de los lobos normales. Enseguida lanzó una patada que derribó la puerta, lo suficiente como para que los vecinos llamaran a la policía.
-¡Ichiro!-El omega pudo ver a su pequeño hijo sentado en medio de la sala. Estaba llorando, pero no parecía lastimado ni nada.-Ya, ya, mi amor.-Enseguida lo levantó en brazos, apegándolo todo lo que pudo a él. Las lágrimas de su cachorro solo hicieron que las suyas aumentaran.-Ya papi está aquí.-Trataba de calmarlo, pero su voz temblaba tanto como su cuerpo.
Cada fibra de su cuerpo se había desmoronado al escuchar la persona que se había llevado a su pequeño cachorro indefenso. Pensó que lo perdería. Kirishima y Yokozawa pudieron respirar tranquilos al ver como el bebé estaba en perfecto estado, tal vez algo asustado, pero bien.
-¡Haitani!-Pero para el otro padre, eso no era suficiente.
-¿Por qué tanto ruido?-El beta que había provocado todo este problema regresaba de la tienda tan tranquilo como solo él sabía mantenerse. En parte, este escándalo estaba en sus planes.
-Haitani...-El gruñido que surgió desde el fondo de la garganta del alfa hizo que todos en el lugar se tensaran, excepto el susodicho, quien parecía contento con la atención del alfa. No solo se podía sentir la amenaza, la sed de sangre del editor en jefe eran tan palpables que Kirishima casi decide ir a apoyarlo como alfa secundario en la pelea.
-Hizo llorar a Ichiro.-Mencionó el castaño con tanto odio en su voz que asustó al otro omega. La confirmación de Onodera era lo único que el alfa necesitaba para tirarse encima del beta.
Kirishima se interpuso entre ambos, pero solo consiguió que los llevaran juntos a la comisaría. El aspecto de los alfas era todo un espectáculo, uno con un ojo morado y el otro con sangre en las manos, pero por lo menos el beta no volvería a molestarlos, ni a ellos ni a su familia, por un buen tiempo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.