Estuve en el hospital otra semana, pero no me importó. Tener a Jk conmigo todo el día hacía que los días pasaran más
rápido. Una vez que me permitieron tener más visitas, el señor Kin vino y jugamos ajedrez. Me dejó ganar, y no se dio cuenta que ya yo sabía lo que intentaba hacer. Varias veces hablé con mamá por teléfono, y parecía feliz y más como sí misma. También ella quería ver al bebe desesperadamente. En verdad no se le hacía nada fácil lidiar con lo que le había hecho. Jk me aseguró que también recibiría ayuda por la culpa que sentía.
La Sra. Eun me trajo deditos de pollo con puré de papas y un pie de manzana, lo cual fue un gran respiro de la comida del hospital. Jk continuaba cantándome. Las enfermeras se asomaban por la puerta y
suspiraban cuando lo veían. Lo entendía. El chico que amaba también
tendía a ser el rompecorazones más famoso del mundo. Ya lo había
aceptado.
Jk se negaba a dejarme regresar a mi apartamento, y la Sra. Eun se negaba a permitir que Jk me llevara a casa con él. Así que terminé yéndome a casa con ella. Me encontraba ansiosa por ver a mi pequeño hermanito. Él había logrado enterrar su pequeño ser en mi corazón. Tenía que recordarme a mí misma el rol que cumplía en su vida cada vez que comenzaba a pensar en su futuro y a preocuparme por cosas de las que no debía preocuparme, ya que ése no era mi lugar. Todo mejoró al sostenerlo de nuevo, y permitir que sus deditos gorditos se apretaran fuertemente alrededor de mi dedo.
Jk se sentó a mi lado en el sofá de la Sra. Eun y bajó la mirada hacia el bebé.
Jk: Es un niño adorable. Tiene tus ojos.
Le sonreí y asentí.
Tn: Aparentemente, mamá tiene unos genes bastante fuertes.
Jk tocó suavemente la nariz del bebé
Jk: Bueno, amigo, entonces serás uno de los chicos más lindos que alguna vez he visto.
Me reí, y también la Sra. Eun.
E: De acuerdo, ya lo has visto, ahora necesitas despedirte de Jk y descansar un poco.
E: Has estado con ella por dos semanas enteras. Necesita un descanso.
Comencé a discutir, pero Jk sacudió la cabeza.
Jk: No, tiene razón. Necesitas descansar. El lunes ya podrás regresar a la escuela, y te quiero bien descansada para entonces.
No creo que pueda estar mucho más descansada de lo que ya estoy.
He estado en la cama por dos semanas.
Tn: Está bien, de acuerdo
Jk rió y se inclinó para besarme la frente. Jk: Cancelé dos conciertos de mi gira, y tengo que reprogramarlos. No me quedaré mucho. Sólo necesito ir a casa y lidiar con las mil llamadas que he estado evitando.
No quería que se fuera, pero sabía que había renunciado a todo para poder estar a mi lado en estas dos semanas.
Tn: De acuerdo.
Suspiró.
Jk: Vamos cariño, no pongas esa cara. Me lo haces todo más difícil. Tienes escuela el lunes, y yo voy a estar en un avión hacia Nueva York mañana por la tarde.
Sabía esto. Ya habíamos hablado sobre su programación para los próximos meses. No le iba a hacer esto aún más difícil. Me había jurado a mí misma que le haría las cosas tan fáciles como pudiera.
Tn: Lo sé, tienes razón. No voy a hacer más pucheros, lo prometo.
Se rió, inclinó su cabeza y, esta vez, besó mis labios. Respondí de inmediato, él gimió y rompió el beso.
Jk: Vamos, no me hagas eso en la casa de la Sra. Eun. Toda la culpa será mía si nos descubre.
Sonreí.
Tn: Lo siento.
Levantó las cejas y sonrió satisfecho.
Jk: Sí, seguro que lo sientes.
Se levantó y caminó hasta la puerta, donde se detuvo y dijo:
Jk: Regresaré tan pronto como pueda. Mientras tanto, duerme, cuando regrese
podremos hablar sin tener a la Sra. Eun sobre mí todo el tiempo.
Asentí, y me lanzó un beso, luego se giró y continuó caminando
hacia la salida.
Nuestro último día juntos se fue súper rápido. Antes de darme
cuenta, Jk se había ido de nuevo, y yo me preparaba para regresar a la escuela.
Me desperté antes que el sol saliera y tomé una ducha. Enfrentarme
a la secundaria luego de estar tanto tiempo con Jk era deprimente.
Cuando estuve vestida y entré a la cocina, la Sra. Eun ya tenía un plano
de panqueques y tocino puesto en la mesa.
E: Te levantaste bastante temprano. ¿Qué te tomó tanto tiempo? Ven a comer antes de que se enfríe.
Nunca nadie me había tenido el desayuno caliente antes de ir a la
escuela. No pude evitar sonreírle a pesar de mi tristeza.
Tn: Gracias. Lamento que me haya tomado tanto tiempo.
No dije nada más, y ella se giró del lavado y colocó una mano llena
de jabón en su cadera.
E: Bueno, sé que extrañas a ese chico. Puedo entenderlo completamente. Sin embargo, ya le prometiste que disfrutarías tu último año de secundaria, y no vas a lograrlo si sigues lloriqueando por ahí.
Tn: Tienes razón, por supuesto. Tengo tantas cosas por las cuales ser feliz. Comenzando contigo.
Sus mejillas se sonrojaron y ondeó una mano llena de jabón en mi
dirección.
E: Oh, vas y dices como esas como esas. Eres especial, chica, de eso no hay duda.
Se giró y terminó de lavar los platos.
Me comí la mayoría del desayuno mientras pude y llevé al plato hasta el lavado.
E: Bien, ahora ve y ten un buen día.
Asentí y recogí mi mochila. Mi hermano lloriqueó y caminé hasta él, me incliné y besé su dulce cabecita calva.
Tn: Pórtate bien con la Sra. Eun, pequeño. Te veré después de la
escuela.
Sus brazos gorditos se alzaron, y dio pataditas. Era su pasatiempo favorito. Caminé hasta la cocina y me despedí mientras salía por la puerta.
K se encontraba inclinado contra el Jeep. Cuando me vio, miró la hora en su reloj, como si ya fuera tarde. Dejé de moverme,
confundida por su presencia aquí. Fue entonces cuando mi teléfono sonó.
Busqué en mi bolsillo y lo saqué.
Tn: ¿Hola?
Jk: Buenos días, hermosa. Ahora, quiero que me hagas un favor y entres al vehículo con K. No discutas conmigo. Sucede que tengo órdenes del doctor que dicen que no podrás manejar tu bicicleta durante al menos dos meses.
Me quedé en mi lugar mirando al ahora sonriente K.
Tn: Órdenes del doctor, ¿ah? Por casualidad no le habrás pagado al doctor para conseguir esa orden, ¿verdad?
Rió.
Jk: Nunca, ahora entra en el Jeep antes de que K haga lo que se le instruido.
Me congelé y miré al gigante frente a mí. Tn: ¿Cuáles fueron esas instrucciones?
Jk: Lograr meterte en ese vehículo sin importar qué.
Sonreí, me encogí de hombros, derrotada, y caminé hasta el Jeep. K abrió la puerta, y tuve que apoyarme en su mano para poder subir.
Tn: De acuerdo, Señor Idol mundial, estoy dentro de tu Jeep
Tn: Gracias.
Había estado esperando su respuesta engreída, así que ese simple
gracias hizo que mi corazón se acelerara.
Jk: De nada. Te extraño
Dijo con suavidad.
Tn: También te extraño.
Jk: Tengo un concierto el jueves por la noche, y luego otro el sábado, pero después, volveré a casa por el domingo, al menos.
Tn: Te estaré esperando.
Jk: Diviértete hoy en la escuela por mí, por favor. Recuérdalo, estás experimentando la secundaria por los dos.
Tn: Tendré eso en mente cuando me molesten en los pasillos y coma la horrible comida de cafetería.
Rió y luego su voz se tornó bastante seria.
Jk: Si alguien te molesta, amenázalos conmigo.
Esta vez me reí a carcajadas.
Tn: Seguro, eso me ayudará a encajar
perfectamente.
Jk: Te amo.
Mi corazón todavía se aceleraba cuando decía esas palabras.
Tn: También te amo.
Jk: Voy a dejarte porque K ya debe estar por llegar a la escuela.
Miré por la ventana y me di cuenta que tenía razón.
Tn: Sí, acaba de llegar. Adiós, que tengas un buen día.
Jk: También tú, nos vemos.
Terminé la llamada y suspiré. Alcancé mi mochila justo cuando K abría mi puerta.
Sonriendo, le dije:
Tn: Gracias, K.
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Brisa Marina
FanfictionEl ídolo mundial Jeon Jungkook necesita unas vacaciones alejado del foco público Tn necesita un trabajo de verano