POV: Chelsea.
Cómo no evitarlo, con esos ojos tan lindo y brillante que tiene, y esa carita de Ángel que todo el mundo cree que es así pero no, es el mínimo demonio.
Solamente me le quedo mirando pero no me atrevo a decir una mínima palabra. Mi teléfono suena y al levantarlo veo el nombre de mi mejor amiga.
-Hola Chelsea, no sabes el notición que te tengo.
-Bueno se trata de tú hermanastro, yo no sabía que él era un amigo de un mafioso de lo más grandes de los Ángeles y creo que él también forma una parte de es-No la dejo terminar la palabra.
-Celia no puedes por favor guardar un poco de silencio-Le digo apuntando la cámara al lado de Alexandro.
Ella se sorprende y me hace seña que va a colgar,-Esta bien hablamos luego-Digo antes de colgar.
Dejo el celular un rato y veo la cara de Alexandro viéndome por el espejo del coche, pero no era cualquier mirada que el siempre tenía, era una penetrante.
No le caso y sigo con lo mío, pero todavía me quedo pensando lo que me dijo Celia, tal vez el si es parte de la mafia, bueno no lo dudó.
Después de todo por fin llegamos a nuestro destino "la playa", me salgo del coche y bajo mis cosas.
-Por lo menos déjame ayudarte-Dice Alexandro quitándome las cosas de la mano.
-Y si no quiero-Digo pero este me la arrebata y suelto un jadeo por el asombro.
-No tenías que ser tan brusco si quisieras ayudar-Murmura.
En unos ratos me quito la ropa y me quedo en bikini negro con el pelo suelto, veo a los amigos de Alexandro acercarse al agua pero por otro lado mis ojos se van a los abdominales de mi hermanastro.
Pero padre santificado cómo puedo ver algo así además es mi hermanastro, tanto quisiera despegar los ojos ahora pero no puedo, mis ojos se quedan intactos hasta llegar a su cara.
No puedo creer que viene hacia mi y me quedo frisada viendo, quisiera que esto se acabara ahora mismo.
- ¿Disfrutando lo que ves no? -Dice sonriéndome.
-Puff, claro que no, ya quisieras-Digo rodeando los ojos.
-Mírate tus mejillas están más rojas que un tomate, bueno lo tomaré como un si-Me mira por última vez y se va.
No puede ser que mi mejillas estén rojas, por qué en este momento tenía que pasarme. Camino al agua ignorando todas las miradas de los amigos de Alexander.
Me quedo un rato nadando hasta que siento que alguien me agarra por la cintura.
-¡Dios mio Alexander que susto me diste!, pensé que me había comido un pez-Digo dándole en el hombro.
-Te iba agarrar los pies pero pensé mejor-Siento que mis mejillas se sonrojan con cada cosas que dice, no puede ser otra vez estoy sonrojada.
-Bueno creo que ya fue mucho mejor me salgo-Digo moviéndome a través del agua para moverme a la orilla.
Ya casi llegando a la orilla siento que alguien agarra mis pies y me levanta en su hombro para tirarme al agua y llevarme más lejos.
-Joder, bájame Alexandro -Digo y él no me hace caso.
-¿En verdad quieres que te baje?, si te bajo no vas a poder salvarte, está muy ondo-Dice Alex decidido a soltarme o no.
-Te dije que me soltar-No pude continuar la palabra ya que el me soltó y diablos es verdad no alcanzaba nada.