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Kurō no es una persona que va de un lado a otro con sus emociones. una vez le quedan claras; ya están ahí y las sabe reconocer. no es complicado para él.
sabe que le gusta kakashi. desde la primera vez que lo vió en la librería le llamó la atención. desde su rara vestimenta pero increíble misterio que lo rodea cómo persona.
sabe que le gusta Kakashi desde que lo vió ponerse rojo por pura vergüenza, y verse tan tierno que le provocó mariposas. sabe que le gusta cuándo se le apareció a las tres de la mañana, nervioso.
sabe que está ahí, y que le gusta mucho. así que lo sigue cómo una pulga ahora siempre que puede. a todos lados dónde el albino va, ahí está él. a todos lados dónde kakashi va, logra sacarle un sonrojo y una sonrisa. ha sido así por algunos meses, pero kurō tampoco goza de paciencia infinita: quiere decirle que le gusta.
—el festival termina con fuegos artificiales. —kakashi llega a él. por primera vez, está vestido con una ropa tradicional. es mucho más pálido y flaco de lo que ese uniforme jounin aparenta.
más vulnerable, incluso con el pelo no recogido.
—¿nos quedaremos a verlo?
kurō deja que esa desición sea de kakashi. a los shinobi no les va bien con fuegos artificiales y ruido. Kakashi es mucho más la segunda; el ruido le pone ciertamente incómodo y le da una sensación no agradable.
aunque el rubio es ruidoso. pero es diferente, de alguna manera. Gai y Naruto (e incluso Obito) eran ruidosos, pero no era tan malo (la mayor parte del tiempo).
—podríamos. —se encoje de hombros—. no me molesta.
Kakashi es desinteresado de una forma tan misteriosa que es atrayente. nunca podrías saber si te dirá que sí o no a la primera. es una incógnita bastante extraña.
kurō está extrañamente feliz de que puede ahora pasar a decir "lo conozco, sé cómo es" porque ha decidido estar cerca de él siempre. Kakashi no es solo ternura o un shinobi frío. hay cosas que le gustan: la lectura, los perros, e incluso algunas personas.
es estúpidamente inteligente también. kurō no es el ser más inteligente, y se queda asombrado con todo lo que sabe el albino. tiene tantas facetas que podría quedarse horas hablando de él, sin que nadie lo pueda silenciar.
—¿quieres jugar tiro? —el rubio pregunta, cambiando de enfoque. no termina de recibir respuesta cuándo ya está arrastrando (de la mano) a Kakashi. es increíble cómo sus manos parecen encajar de una manera que ni siquiera tiene una explicación.
