Una vez que Piccolo regresó, Gamma 2 lo recibió con un beso en la mejilla y le ayudó con las compras, luego fué a cosinar pues Piccolo al no necesitar comer se olvidó como se hacía.
La comida consistió en Onigiris de atún acompañado con brócoli y zanahoria sancochada/hervida y limonada.
Gamma1 no se aparecía, por lo que comieron sin él, Gamma 2 no estaba de humor para esperarle después de la conversación de hace rato, pensó en decirle a Piccolo, pero lo descartó inmediatamente, pues quería que ambos se llevaran bien, tal vez Gamma1 solo estaba algo cansado, confundido, solo necesitaba tiempo.
—Piccolo, tengo una pregunta —dijo mientras llevaba a su boca un Onigiri.
—Dime, que sucede? —Estaba tomando un vaso de limonada.
—Cómo es que vuelas... Así sin tecnología
—Bueno, concentró la energía de mi cuerpo y me visualizo volando, después solo sucede
—Ya veo... Crees que pueda hacerlo yo?
—No lo sé, que yo sepa eres un androide —dijo mirándolo de pies a cabeza, examinando para dar su opinión.
—Bueno, soy un Bio androide, en otras palabras, soy un espécimen genéticamente alterado
—Interesante, cen ese caso, creo que sí puedes volar sin la necesidad de esas cochinadas —en su rostro se notaba el asco y desprecio hacia ciertos artefactos que poseía el androide.
—Cochinadas que? —preguntó curioso, no sabía que había algo en él que le fastidiaba a su pareja, estaba dispuesto a cambiarlo.
—Tus propulsores, son espantosos, su vibración no hacen más que estresarme, sin ofender pero no sé cómo los soportas —soltó sin más, procurando no faltarle el respeto a su pareja.
—Bueno, en ocasiones me resultan incómodos, pero no sabía que te sentías así, una razón más par aprender a volar por mi cuenta —concluyó feliz, si eso hacia que Piccolo estuviera cómodo, lo haría.
Ambos terminaron de comer y como Gamma1 no se aparecía, decidieron ir al bosque.
El androide miraba a todos lados, contemplado la flora y la fauna del lugar, era maravilloso, nunca pudo ver tantos animales juntos debido a que en la patrulla roja no permitían animales, las plantas solo estaban para decorar.
Por su parte, el Namekusei se deleitaba observándolo, estaba más que feliz de tenerlo a su lado, junto a él, todo parecía fluir, se sentía seguro, además de que los animales se acercaban a ellos, siendo buen augurio debido a la energía que desprendían juntos, era simplemente mágico, nunca pensó que su vida cambiaría de tal manera y estaba más que satisfecho de que así sea.
Al mirarlo correr de aquí a allá cómo si fuera un niño pequeño explorando por primera vez el mundo, le hacía sentir que debía de protegerlo sea como sea posible, no quería perder todo esto que había ganado.
Al verlo, sentía que todo estaba bien, al verlo sentía que todo fluía, al verlo... No podía evitar enamorarse de él.
Finalmente llegaron a un claro del bosque, el cuál tenía múltiples flores, entre ellas lavandas, las cuáles el androide no dudo en ir a ver pues era sus favoritas, el Namekusei notó eso, por lo que planificó el siguiente regalo que le daría a su amado.
—Bueno, el entrenamiento comienza ahora!, ven aquí y no perdamos más tiempo
—Bien... Qué es lo que tengo que hacer?? —dijo entusiasmado mientras daba pequeños saltitos de la alegría.
—Primero que nada, quítate los zapatos
—Está bien! —Rápidamente se los quitó y los dejó a un lado, se maravilló con la sensación del césped bajo sus pies, la humedad de la tierra y lo esponjosa que era—. Wou, esto se siente increíble!
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Una Historia Diferente -°•Piccolo X Gamma 2•°-
RandomUno nunca sabe cuándo vendrá el amor.