Luffy junto a su tripulación deciden parar en un isla misteriosa. Luffy va él solo por el lugar y una cueva llama su atención, pronto se darán cuenta del aprieto en el cual se han metido.
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Capítulo VII
Zoro se encontraba mirando al horizonte mientras tenía su cuerpo contra el borde del barco, había pasado una semana desde aquel día en el cual Luffy había tomado del antídoto de Chopper, este ahora estaba en sus doce años, correteando de aquí para para allá, mientras más se encontraba en ese estado, más se encontraba pensando. Aquella noche Sanji decidió que era buena acercarse para hablarle, una vez a su lado tomo una calada de su cigarrillo y le dirigió la palabra:
—Estas frustrado ¿Cierto?
—Como no tienes idea —soltó en un suspiró agachando un poco la cabeza y llevando su mano derecha a su cabellos para removerlos un poco—. No se si realmente vaya a mejorar.
—Bueno, todos sabemos que si no pasa, nos quedaremos con él. Para protegerlo en todo caso.
—Lo se y claro que no tengo ningún problema con ello. Desde el primer momento en el cual le vi supe que estaría a su lado independiente de lo que ocurriera, pero…
—Pero tampoco puedes ignorar tus propios sentimientos.
—Aun así estaré con él el tiempo que tenga que estar.
—¿Qué? ¿Esperaras hasta que crezca? —se burló un poco mirándole de reojo y volviendo a tomar se su cigarrillo.
—Eres un idiota.
—Solo digo. Además, no pareces estar en contra de esa idea.
—Aun así, Luffy…
—Es un niño ahora, lo sabemos, es extraño de hecho, siempre tratamos a nuestro capitán como un niño consentido, pero que ahora de verdad lo sea se me hace extraño.
—Queramos o no reconocerlo, siempre supimos que nuestro capitán no era tan infantil como queríamos creer.
—Tienes razón.
Ninguno dijo algo más, quedándose para ver la luna brillar con gran pasión en la cima, al menos hasta que el cocinero se despidió para irse a dormir, dejando a Zoro en la guardia. Llegada a la mañana Nami les aviso que llegarían a un nueva isla dentro de poco, todos se encontraba emocionados ante aquella idea, sobre todos un pequeño pirata que saltaba de la emoción por alguna aventura. Al llegar se separaron en grupo, Zoro y Ace iban cuidando a Luffy, Sanji estaba con Ussop para comprar comida y Nami con Robin irían con Franky a pasear, mientras tanto Brook estaría cuidando la embarcación y Chopper seguiría encerrado en su habitación.
—¡Vamos a comer!
—¿Tan pronto? Hace poco desayunamos —se quejo su pecoso hermano mayor mientras negaba con la cabeza.
—¡Eres un aburrido Ace!
—¡Pero si serás!
Gruñó lanzándole un golpe en la cabeza, logrando que el adolescente se tocará la cabeza chillando por el dolor que sentía.
—Eres un chillón.
—Estúpido Ace.
—¡Al parecer no estás entendiendo!
A nada de lanzar otro puño más, un niño lo empujó, logrando atraer la atención de los dos adultos quienes prestaron su atención al nuevo individuo. Cabellos azules oscuros y unos ojos marrones, parecía estar en sus quince, les miraba enfurecido y luego de darles una mirada rápida corrió hacia el pelinegro menor, cargándolo sin mucho esfuerzo y emprendiendo vuelo.
—¡Eh! ¡Espera! ¡Eso es mío! —grito Ace alarmado mientras empezaba a correr, siendo seguido por Zoro quien maldecía al haber bajado la guardia.
Ambos perdieron al joven, llegando a un callejón oscuro, no entendían como había pasado aquello, Ace masajeó su sien intentando pensar en algo.
—Maldición. Zoro iré a buscarlo hacia la derecha, tú ve a la izquierda, si lo entras regresen al barco, nos vemos a las doce.
Sin darle tiempo a responder se fue, dejándolo solo, al parecer el pecoso no estaba tan acostumbrado al poco sentido de la orientación que representaba a Zoro.
