Luffy junto a su tripulación deciden parar en un isla misteriosa. Luffy va él solo por el lugar y una cueva llama su atención, pronto se darán cuenta del aprieto en el cual se han metido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo X
Todos se miraban entre todos, nadie sabía cómo empezar la conversación, el joven adolescente que se encontraba en medio de todo les observaba intrigado, habían estado nerviosos desde el desayuno y aquello solo significaba cosas malas, pero tampoco recordaba haber hecho algo que pudiera enojarlos.
—¿Qué pasa? —pregunto por fin, todos le observaron con detenimiento luego de mucho tiempo. Trago algo de saliva ante sus miradas— Preguntaba porque llevan de esa forma desde hace rato.
—Perdón por alertarlo capitán —se disculpó Sanji con una sonrisa mientras que entre sus dientes se movía su cigarrillo. Luffy solo asintió con confusión—. Estábamos pensando en algo, algo que tenemos que hablar con usted.
—¿Esta pasando algo malo? —ingreso Ace al área de descanso, extrañado del ambiente que había.
—Bueno, podría decirse que es una inversión para un futuro —respondió Nami con una sonrisa algo incómoda.
—Todo es demasiado misterioso ¿No creen? —gruño Ace cruzando los brazos— Sin ignorar el hecho de que han estado hablando a las espaldas de vuestro capitán.
—No digas cosas con connotaciones negativas tan a la ligera —increpo Zoro—. No seríamos capaces de confabularnos o algo por el estilo.
—Entonces ¿De que quieren hablar? Los tripulantes se miraron entre si, hasta que Robin suspiró ligeramente, pidiendo que todos se sentarán el sofá curvado que estaba pegado a la gran pecera que tenían dentro.
—Para empezar. Chopper —la arqueóloga señaló al reno quien levantó su patita para afirmar su identidad—, encontró la cura.
—¡Eso es genial Chopper! —dijo Luffy sonriente mientras que se tomaba la libertad para presionar al doctor en sus brazos.
—¡No tienes porque decirme cumplidos! ¡Idiota! —le gritó con una gran sonrisa complacida y temblando entre los brazos del joven.
—Míralo nada mas, que feliz está por el cumplido —se burló Ace, para volver su mirada nuevamente a los piratas—, pero falta algo más ¿Cierto?
Sanji asintió despacio, preparando su garganta para continuar.
—Nosotros creemos que no estamos listos para seguir esta aventura.
—¿Qué? —Luffy les miró con dolor, dejando de abrazar a Chopper para volver tras sus pasos y colocarse en su lugar junto a su hermano.
—Explíquense —pidió Ace.
—No quería dar a entender, yo —alarmado Sanji movía sus manos de arriba abajo dándose cuenta de lo imprudente que había sido en su elección de palabras—. Todos estamos a tu lado dispuestos a seguirte para verte convertirte en el rey de los piratas, pero creemos que aún somos muy débiles para poder pelear a tu lado. Quiero decir, casi siempre dependemos de ti o tenemos que luchar con todas nuestras fuerzas y estrategia para poder ganar. No decimos que este mal, pero no siempre va a funcionar. Necesitamos tiempo para fortalecernos.
—¿Quieren tiempo? —pregunto con timidez pero con una sonrisa en su rostro— ¿No quieren irse de la tripulación?
—¡Supeeer jamás! —grito con algo de enojo Franky.
—Mi capitán me dio una razón de vivir —Robin le dio una de sus usuales sonrisas cerradas, sin apartar su atención del menor.
—Aun te debo mucho Luffy —dijo Nami con ligeras lágrimas queriendo brotar de sus ojos, pero una sonrisa en su rostro.
—Somos mejores amigos y además, necesitas a alguien que maneje a esta tripulación —sonrió con confianza Usopp mientras se señalaba.
—¡Luffy es un verdadero pirata! ¡Solo tu puedes ser el rey de los piratas! Quiero seguir a tu lado viajando y ayudándoles cada que estén mal —dijo emocionado Chopper levantando sus patitas hacia arriba.
—Gracias a ti obtuve nuevamente mi vida, aunque ya esté muerte. Hohohoho. Quiero acompañarle con mi música y alegrar sus días hasta el final —Brook levantó su sombrero con su aura contenta.
—Que puedo decirte, eres un estúpido, pero mi capitán. Siempre creíste en cada palabra de lo que te decía y no te burlaste de mi, solo me extendiste la mano y me empujaste a explorar más lejos de lo que creí poder llegar —Sanji gruñó un poco avergonzado al haber dicho tantas cosas buenas.
—Prometí ser el mejor espadachín para poder estar al lado del rey de los piratas —dijo Zoro finalmente con sus ojos curvados una leve sonrisa se mostraba, solamente dirigida para el capitán del barco, quien se sintió avergonzado ante aquello, intentando girar la mirada, pero el espadachín continuo—. Por eso queremos dos años, necesitamos tiempo para demostrarte que somos útiles para ti.
—Siempre han sido útiles para mi —dijo con rapidez Luffy con el ceño fruncido—. Sin ustedes yo no sería capaz de ser el rey de los piratas ¡Como son tan tontos de pensar así! Si necesitan tiempo díganme, pero no por razones tan estúpidas como esas. Soy consciente de que necesitamos entrenar pero —tomo aire buscando calmar su enojo creciente—, pero no por idioteces.
—¡Oye, nos costó planear que íbamos a decirte! Idiota... —gruño el cocinero, susurrando lo último con cierta vergüenza, no pensó que recibirán un llamado de atención por parte de su capitán.
—Estoy de acuerdo ¿Vale? No me vuelvan a asustar de esa forma. El tesoro no se irá a ningún lado ¿Cierto? Solo tenemos que ir más rápido que todos los demás y si eso requiere que seamos más fuertes, está bien.
—A veces sabes que decir —dijo en una carcajada Nami, levantándose del sillón—. Bien, ya que todo está dicho por el momento ¿Por qué no hacemos una fiesta?
—¡Una fiesta! —Luffy también se levantó a la par que Nami al escucharla— ¡Quiero una fiesta!
—Nada de fiestas para ti, acompaña a Chopper para que te den tu antídoto, cuando estés mejor planificaremos todo. Siempre que te dejo a ti las cosas gastas todos nuestros recursos, aprovecharé tu tiempo de descanso para encargarme de todo y no tener que gastar tanto.
—Fufufu, parece que aún no le perdonas lo de la última vez —dijo Robin haciendo alusión a la última fiesta que tuvieron en la cual se quedaron sin un centavo.
—Claro que no, jamás lo olvidaré.
—Eres realmente tacaña Nami —dijo Usopp negando con la cabeza.
—¡Como a ti no te importa no tener ni un solo berry!
—Ne, Luffy, acompáñame.
—Claro Chopper —le sonrío mientras se dejaba guiar por el doctor.
—Esperen, les acompaño —dijo Zoro acomodando sus espadas para llegar al lado de ambos.
—Yo también —frunció el ceño Ace llegando al otro lado—. Como tú hermano mayor tengo que ver cómo te mejoras.
—Shishishi, Ace que molesto eres.
—¡¿Qué dijiste?!
—¿Eh? Además eres sordo —con una expresión aburrida se llevó su dedo hacia la oreja.
—¡Te voy a matar!
—¡No lo hagas! ¡Un tengo que ver si el antídoto le hará efecto!
—¡No pueden dejar de pelear un minuto! —gruño Zoro intentando separar a los dos hermanos que se habían empezado a pelear— ¡Malditos animales!
—¡¿Qué dijiste?! —gritaron al unísono los hermanos con las manos en el cuello del otro, volteando sus rostros para confrontar al espadachín.
—Yo...
—¡A la carga!
—¡No, aléjense! —asustado corrió lejos de los pelinegros quienes le perseguían.
—¡Alto! ¡Dejen de correr! ¡Tenemos que ponerle la vacuna a Luffy!
—Espera —paro en seco Luffy, logrando que los otros dos le mirarán curiosos— ¿Ponerme?
—Oh, si, tu vacuna.
—¡¿Vacuna?!
—¡Idiotas! ¡Luffy odia las vacunas! —Nami alterada salió para encararlos, pero antes de que pudieran hacer algo, el joven capitán ya había desaparecido.
Iba a ser un entretenido día buscando al capitán perdido, sobretodo el momento en el cual tuvieran que capturarle para que fuese vacunado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Nos acercamos al final y las canciones de Rata Blanca son igual de maravillas que siempre. Gracias por el apoyo que recibe cada capitulo, les agradezco inmensamente.-