Esperanza recuperada

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Capítulo VIII

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Capítulo VIII

Silva había llegado temprano por la mañana para jugar con Luffy, el cual ni bien supo de su presencia salto de la cama para correr al encuentro con su amigo, sujetándolo de las manos y empezando a correr por todo el lugar. Los tripulantes miraban sonrientes a su capitán que deslumbraba alegría, el único apartado de aquella atmosfera era Zoro, quien se había sentado en una esquina alejada intentando dormir, está vez de verdad, para poder ignorar por completo las ruidosas risas que encendían sus nervios.

—¡Luffy! —se escuchó el chillido nervioso de Silva. Zoro inevitablemente abrió un ojo para ver qué pasaba, veía a los dos infantes estar cerca del barandal. El niño de cabellos azules le había llamado con nerviosismo y juntando sus manos, Luffy le miró extrañado antes de prestar su total atención— Yo, yo quería agradecerte por todo.

—¿Agradecerme? —preguntó con extrañeza ladeando la cabeza.

—Si... —asintió— Gracias a ti ya no me siento fuera de lugar y yo ayer por fin pude decirle hola a la señora que siempre me da comida, fue, fue lindo —nervioso miraba hacia el suelo sin saber cómo explicarse bien.

—¿Por qué me agradeces entonces? Yo no hice nada, tú lo hiciste solo —sonriente le miró, no entendía por qué su amigo le agradecía, quizás Silva era algo tonto, pero estaba bien, el no discriminaba a las personas por su intelectualidad.

—No es eso, es solo que, ahg —frustrado llegó sus manos hacia sus cabellos desordenándolos un poco—. Es inútil explicártelo, no lo entenderías.

—¡¿Cómo sabes tú eso?! —gritó ofendido al ser tomado como poco hábil, pero antes de seguir replicando un pequeño beso en su mejilla lo silencio por completo. Silva se alejó con rapidez mientras que sus mejillas se enrojecían.

—¡Gracias! —y al terminar de gritar aquello comenzó a correr decidido a escapar de aquella situación. Luffy tomo con algo de curiosidad su mejilla, un pequeño y muy leve rubor surcaba sus mejillas, no entendía por qué su corazón salto un poco de su lugar, disgustado de no entenderlo prefirió centrar su atención en otra cosa.

Zoro por su parte sintió como su estómago se comprimía y retenía su respiración, casi siente buscar aire con desesperación, dolía más de lo que podía imaginar, dolía demasiado, llevo su mano hacia su pecho con dolor apretando en el lugar en donde debería estar su corazón, sus labios se fruncieron y casi larga un gruñido si no fuera porque alguien se había sentado en el media de sus piernas dobladas.

—Zoro ¿Estas bien? —preguntaba preocupado Luffy llevando sus pequeñas manos hacías las mejillas ajenas, Zoro le miró como si fuera un ilusión, sus cejas se fruncieron temblorosas y sus labios se comprimían.

—Luffy... —sin poder contenerse más lo abrazo con fuerza, apretándolo desde la cintura para traerlo hacia su cuerpo, frotaba su cabeza contra la cabellera negra, negándose una y otra vez a dejarlo ir, no quería.

—¿Qué ocurre? ¿Te duele mucho? ¿Te vas a morir? —preguntaba desesperado mientras buscaba deshacerse del abrazo.

—No me dejes ahora Luffy... —rogaba profundamente saliendo sus palabras más graves de lo normal.

—¡Por supuesto que no te dejaré! ¡Zoro tonto! —pataleo con enojo mientras golpeaba su espalda repetidas veces. 

—Perdóname por desconfiar entonces —decía aún sujetándolo, suspiraba con pensar.

—Lo pensaré —el agarre se hizo más débil, logrando que el pequeño pelinegro pudiera escapar de su encarcelamiento.

Ambos se miraron unos segundos, Luffy con curiosidad y Zoro con totalmente embelesado. Luego de unos segundos Luffy parecía frustrado pensando en algo, pero luego una sonrisa divertida salió de sus labios.

—Zoro.

—¿Qué pasa capitán?

Sin darle más tiempo para pensar, sus pequeños labios cayeron en su mejilla, dándole un tiempo beso que duró unos cinco segundos, los contó detenidamente para estar seguro. Al separarse el joven adolescente parecía estallar de lo rojo que estaba.

—Silva, Silva hizo lo mismo, se sintió agradable, pero sentí que si te lo daba a ti me sentiría más feliz. Y creo que sí —murmuraba desorientado mientras movía sus manos de un lado a otro explicando.

Zoro tomo su mejilla con cuidado, un sonrojo nació de sus pómulos en conjunto de una boba sonrisa.

—¡Yo me voy! —grito enfurecido, su cambio de humor había cambiado rápidamente en cuestión de segundos, de nervioso a enojado, parecía no saber cómo interpretar sus emociones. Corrió despavorido a cualquier lado, buscando con la mirada a Robin, ella seguro sabría ponerle un nombre a lo que sentía.

Zoro por su parte siguió sentado totalmente distraído, sonriendo sentía que sus ánimos volvían a elevarse, solo deseaba que Chopper se apurada.

-Cortito, pero mientras comía se me ocurrió

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-Cortito, pero mientras comía se me ocurrió. Como siempre agradezco el apoyo <3-

¡Capitán! | ZoluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora