He pasado un día increíble con mis hijas, Mark y Eustaquia nos hicieron compañía un rato. Mi bebé no paro de hablar con su hermana, parecía una lorita, preguntaba todo sobre Marisela, sobre la fiesta, Hillary es una niña bastante curiosa quizás así fue su hermana a su edad, siempre me va a pesar el hecho de no haberla visto crecer, de quitarme a mi misma la oportunidad de tenerla junto a mi, fui tan ciega y tan egoísta, la lastime muchas veces. Y aun así mi niña tiene un corazón tan noble que me perdonó a pesar de todo no dejó que el odio y el resentimiento la consumiera como yo lo hice.
He pensado mucho en lo que hablamos en privado.
Santos no se va a detener hasta comprobar que Hillary es su hija y una vez que lo haga te llevará a juicio para reclamar su custodia y su patria potestad.
Eso jamás, él no tiene derecho a nada. Además no tiene forma de comprobar la verdad.
Aparte de eso me atormenta pensar que Mark pueda descubrir ciertas cosas sobre mi.
Estoy sola en mi habitación, caminando de un lado a otro.
Mark... ¿cómo podría contarle la verdad? ¿Cómo enfrentar el miedo de que descubra lo que fui? Lo que hice... ¿Cómo explicarle que esa versión de mí ya no existe?... ¿o si?. Él me ama, me lo ha hecho saber todos estos años, pero ¿qué pasará cuando vea más allá de esta sonrisa que intenta esconder mis remordimientos?, ¿Cuando conozca la oscuridad que llevé una vez en mi corazón?. Si supiera lo que hice, me temería. Me vería como un monstruo, asi como lo hizo... él... Santos, ¿cómo podría ser valiente y contarle sobre esa parte de mi historia que muchas veces desearía borrar?. No quiero pensar el día que Hillary crezca, no quiero que ella me juzgue por haber sido una mala madre con su hermana. ¿Mark seguirá amándome o me odiará cuando descubra la verdad?, ¿Me repudiará por lo que fui en el pasado?, no puedo soportar la idea de que me vea como un monstruo... pero tampoco podré seguir ocultando esa parte de mí para siempre.
Se que haber regresado cambiará muchas cosas.
-Tu hija es encantadora.-dice Mark entrando a la habitación.
-Marisela siempre ha tenido un encanto natural.
-Estoy agotado y tengo demasiado calor.-dice cambiando su ropa.-Ya acosté a nuestra hija, se quedó dormida como un angelito.
Me acuesto en la cama de medio lado viéndolo cambiarse, optó por usar únicamente el pantalón de la pijama dejando su torso desnudo. Se acuesta junto a mi y me ve a los ojos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Te pasa algo sweetheart?.
-Solo estoy un poco abrumada, los cambios no son fáciles.
-Lo sé.-empieza a acariciar mi brazo derecho.-Estoy seguro que tanto mis hijos como tú y yo disfrutaremos mucho vivir aquí. Además tenemos una boda en camino.
