POV. NAYEON
Tomé una fuerte bocanada de aire la despertar, aprovechando para sentarme y seguir ahorrando todo el oxígeno que mis pulmones habían exigido.
Ese sueño...
Todo mi cuerpo temblaba de forma violenta, con la vista desorbitada en mi habitación, recordé.
La marca.
Llevé una de mis manos a mi cuello, sentí una leve punzada al tantear unas rasgaduras en éste.
Jadeé, asustada.
Llena de sorpresa salí de la cama, tropezando con mis pies, me dirigí al tocador. Expuse mi reflejo en el espejo examinando la punzante mordida, la cual, seguía teniendo un toque rojizo violeta.
Ardía, más no quemaba tanto como sentí en el sueño.
— ¡Oh...!
¿Cómo era posible?
Eché mi cuerpo hacía atrás con la vista perdida en el suelo. Necesitaba respuestas. Esto era, sumamente, extraño.
Podía aceptar que aparecieran en mis sueños criaturas sobrenaturales, pero ¿soñarlas y vivirlas en mi cuerpo? ya sobrepasaba mis límites.
La luz intermitente sobre mi escritorio cogió mi atención. El cuaderno revestido de Yubin seguía abierto sobre éste. Dirigí mis pasos hasta él, y mejoré la iluminación para poder ver con claridad lo que estaba en las páginas.
«Todo depende de ti, Nayeon. Buscala y encontrarán respuestas»
Desapareció al momento en que la leí.
¿Era posible que me creyera? Yubin tenía tanta confianza en mí que ni yo misma poseía.
Primero que nada, debía calmarme. Seguía temblando y moría, internamente, de nervios. Así no lograría nada.
Tomé asiento en el sillón frente a mi escritorio. Busqué papel y lápiz, para anotar palabras o hechos claves del sueño.
En lo poco que recordaba, había llegado a un claro de agua oculto en una especie de bosque. La mujer de oscura melena y orbes azulados apareció.
[…]
— ¿En dónde estoy? — pregunté, cautelosa. La mujer nunca dejó de detallarme el cuerpo hasta dar con mi mirada.
Tenía una fuerza en su mirada que me provocaba cierta curiosidad al respecto. Me era familiar.
— Estás en el Valle, Nayeon — respondió. Su tono de voz fue dulce y suave. — Me da gusto conocerte— hizo una leve reverencia.
— ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas? ¿Por qué sabes mi nombre?— inquirí. Ella sólo se sonrió.
Deseé no avergonzarme por su espléndida belleza natural, más fallé en el intento.
— Haces muchas preguntas para ser alguien tan joven— contestó. — Veo que tenemos algo en común— murmuró para sí, pero logré oírla. — Mi nombre no es relevante ahora, y mi naturaleza verdadera se asemeja a la tuya— confirmó, sin dejar la suavidad en su voz. — Te conozco desde que naciste, y también sé que has vivido tu infancia de orfanato en orfanato hasta que el matrimonio Im Lee te acogió— expresó.
— Eso ya no es un secreto— repuse.
— Deja la obstinación, sabes que pudo haber sido peor— refutó ella. —De igual forma, no vine aquí a discutir contigo— agregó.
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WHITE MOON
RandomMina, una joven Alfa que descubrirá que todo lo que alguna vez pensó que era real, es todo lo contrario.