CAP XI: NO TODO ES COLOR DE ROSAS

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POV. OMNISCIENTE

El bosque de invierno se había vuelto más denso y frío que en otras temporadas, Lee Felix, el sujeto de cabellos grisáceos, piel rosácea y clara bañada de una constelación de pecas, arreglaba los vendaje improvisados de la joven albina.

Mina veía pérdidas en el fuego leñoso frente a ellos. Estaban sumamente apartados del territorio del clan y habían tenido que enlodar sus extremidades con la intención de confundir a aquellos que querían asesinarlos.

Mina era una fugitivo al igual que Felix.

Cuando terminó el trabajo, el sujeto se levantó y empezó a preparar las varillas con la carne cortada. Estaba dispuesto a darle su espacio a la loba, acurrucada en sus piernas.

Él entendía perfectamente lo estaba pasando, no era nada sencillo tratar con eso pero el tiempo ayudaba a curar.

Un crujido alertó sus movimientos. Mina sacó su cabeza de entre sus piernas, ella había escuchado a alguien aproximarse.

Felix se levantó, lentamente, mientras le indicaba a la menor guardar silencio, mientras observaba comos los arbustos se removian en el lado izquierdo.

El peligris preparado para atacar al intruso se detuvo en seco cuando un par de muchachas cargaban a un hombre vestido de gris.

Sus cabellos plateados y su emblema en el pecho le dio la identificación del hombre. Shin Jiwon, el padre de las adolescentes que lo llevaban a brazos.

— Sir, Felix tienes curarlo— pidió, una desconsolada pelirroja. — Por favor — le exigió.

Felix tragó grueso antes de asentir.

El hombre tenía heridas profundas en sus extremidades y parte de su abdomen.

La castaña y la pelirrosa que lo sujetaban, dejaron que reposara sobre unas hojas dispersas cercanas a las raíces del pino, donde el peligris empezó a desnudarle.

— Han pedido la cabeza de Mina — murmuró la castaña, mientras mordía el antebrazo de su hermana.

Rosé gimió al sentir los colmillos de su hermana clavarse en sus carnes. Ella empezaba a alimentar con sangre sus heridas. Al recuperarse por completo, hizo lo mismo con el antebrazo de su hermana, ambas se estaban curando.

— Hoseok nunca ha pensando bien las cosas — refutó Felix, mientras cortaba su palma derecha.

El líquido brotó por la línea diagonal en su mano y cayó directamente en la herida del costado en el hombre.

— Se pondrá mejor, sólo debe descansar — el anuncio del peligris alivió los hombros de las adolescentes. — ¿Por qué vinieron? — cuestionó, seriamente.

— No íbamos a permitir que mataran a Mina — murmuró la joven castaña.

— Habían dado una orden real y ustedes la desobedecen, ¿siquiera saben en que las convierte? — preguntó en un tono más elevado.

El se sentía disgustado por tener que lidiar con todo esto. Mina no parecía reaccionar a la discusión, las otras dos sólo actuaron por impulso y tenía un marqués herido junto a ellos, aparte de que eran un grupo de fugitivos buscados a muerte por el reino imperial lobuno.

— Lo sentimos, Sir Felix — empezó a decir la joven pelirroja. —,… pero nuestro deber está con nuestra Alfa, y yo nunca reconoceré a otra mejor que Mina — alegó, convencida de sus palabras.

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⏰ Última actualización: Aug 29 ⏰

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