POV. NAYEON
De repente, un intrusivo sonido resonó en la sala, causando que los presentes pasarán su atención de mi estómago a mi rostro, el cual podría competir con un tomate de lo rojo que estaba.
— Parece que alguien tiene apetito.— habló la castaña de mechones rubios. Ella tenía ahora una expresión más suave. — Ven, acompañame a la cocina— se dirigió hacía mí.
Avergonzada, seguí los pasos de la muchacha hasta dar con la cocina. Tenía algunos artefactos muy bien ordenados en la encimera, del lado izquierdo un mesón oscuro dividía el comedor con la cocina.
La castaña buscó en la alacena pan, mermelada y mantequilla de maní.
— Eh,... oye— obtuve su atención enseguida. — No le agregues mantequilla de maní— pedí.
La castaña se confundió por mi petición pero no dijo nada.
— Nunca pensé que se podía comer a estas horas— dije, viéndola preparar el emparedado.
— Mi lema es come mientras tengas hambre— aseguró, definiendo una leve sonrisa.
No tenía colmillos afilados como Mina, pero si lograban relucir un poco. Me ruboricé cuando la castaña se fijó en que la espiaba. Desvié la vista a otro sitio del mesón.
— Ven, toma asiento— dijo, dejando el plato sobre el mesón. Acepté su orden, y empecé a comer.
Ella se preparó dos más.
— Creo que no me he presentado antes, me llamo Ryujin. Shin Ryujin— habló, mientras seguía preparando el emparedado. — Vivo con esa idiota desde que tengo memoria— añadió, señalando a Mina, quien estaba recostada contra una de las paredes del lugar.
— ¿Son muy unidas?— cuestioné, llena de curiosidad.
— ¡Oh sí! Mina es el Alfa de nuestra manera, por eso tiene la mirada rojiza— habló, añadiendo información demás, la castaña. — Tanto Rosé como yo, somos sus sucesores, es decir, seguimos sus órdenes por niveles jerárquicos— agregó.
— ¿Qué quieres decir?— deseé que me explicara.
— Toda manada debe permanecer unida a su Alfa, de lo contrario es un ser desleal y poco afortunado— Mina respondió, al entrar en la cocina.
— En parte es así— refutó Ryujin. — Nos conocemos desde pequeñas, porque nuestros padres conformaban una amistad jerárquica— dijo.
Mina siguió de largo hasta la cafetera y se sirvió un poco en una taza mediana. Le dio un sorbo ligero, cerrando los ojos por pocos segundos. Verla satisfecha con la sensación que el café le producía a su sistema me provocó una instintiva sonrisa.
— ¿Qué jerarquía posees Ryujin?— pregunté, educada.
— Soy una beta. Al igual que Rosé, mi hermana— contestó, terminando el emparedado. — ¡Oye, tú!— se refirió a Jackson.
El pelinegro la observó con brevedad mientras seguía vigilando.
— Ven a comer algo.— le dijo. — Nadie vendrá a acabar con nosotras o robarnos algo, créeme ya lo intentaron— añadió al ver que el pelinegro dudaba de dejar su posición de vigilancia. — Los idiotas pensaron que se podían enfrentar a nosotras, teniendo una audición más clara que las suyas.— se burló.
Mina le regaló una amenazante mirada.
— Ryujin...— la aludida sólo se encogió de hombros.
Jackson llegó al momento, tomando asiento a mi lado. Aprovechó Lara examinar el emparedado.
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WHITE MOON
AcakMina, una joven Alfa que descubrirá que todo lo que alguna vez pensó que era real, es todo lo contrario.