21.- Bad Blood

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"Band-aids don't fix bullet holes"

El teatro en el centro de la ciudad no era muy grande, pero a Augustine le recordaba a la mayoría de los teatros en los que había estado. Una idea llevaba escabullendose en su mente desde su llegada. El presentarse en aquel treatro significaría el cierre de una etapa de su vida. Había hablado con su prima, Inés, acerca del tema durante las noches antes de ir a dormir. Pensó que sería extraño hacerlo realidad, pero fue aún más extraño cuando la contactaron.

Días atrás cuando estaba de paseo se cruzó con un hombre bien vestido y dijo ser el quien organizaba las obras de teatro y las presentaciones de orquestas. La rubia se mostró algo escéptica y creyó que alguien le estaba jugando una broma, pero Inés reconoció al hombre. Augustine le preguntó al hombre cómo estaba tan seguro de ser a quien buscaba y este le respondió con un "es que leí el periódico en donde aparece la señorita Powell y el joven de los Thompson"

La sangre de la chica hirvió en cuanto terminó de escuchar aquellas palabras. Y no era por ninguno de los involucrados. Sí, Betty era ahora su amiga y sí James provocaba ese mismo efecto de rabia en ella, pero eso no fue lo que la molestó. Augustine había trabajado años para hacerse de un nombre propio y le parecía incluso insultante como en aquel estúpido pueblo aún la reconocían por un error en el que se involucró siete años atrás. Así que sin más, se dio la vuelta dándole la espalda al hombre.

— Disculpe, es que ha estado un poco alterada. Lo contactaremos más tarde —respondió Inés antes de alejarse y correr detrás de su prima.

Recordó la mirada de Inés cuando le imploró que no lo descartara porque la oportunidad que tanto estaba deseando se le había presentado ante ella, prácticamente le había caído del cielo como si fuera una señal.

Sin embargo, Augustine no podía evitar sentirse frustrada por aquella etiqueta que se le había puesto hace años, incluso la hacía sentirse invisible. Llevaba días sin poder dormir porque la idea la seducía, pero la manera en la que se le había presentado le parecía indignante.

Entonces una noche antes se le ocurrió que tal vez haciendo aquella presentación la gente dejaría de verla como el sobrante en un triángulo amoroso que ya no existía. Tal vez la verían por lo que era y la manera en la que había superado toda la situación además de los comentarios y opiniones negativas que llegaron luego del escándalo.

Probablemente no tenía que demostrarle nada a nadie, pero sabía que si lo hacía sería como terminar una vieja etapa de su vida, cortar cualquier lazo que inconscientemente la seguía atando y terminar de enterrar fantasmas de su pasado.

Es por eso que ahora se encontraba siguiendo al vigilante del teatro para finalmente aceptar la propuesta del señor Penz. Augustine hubiera preferido que su prima la acompañara, pero Inés insistió que esto sería algo que debía hacer sola.

— Espere aquí un momento, señorita —ordenó el vigilante antes de salir en búsqueda del señor Penz.

La paciencia nunca fue un punto fuerte en Augustine. La chica no pudo evitar ver y admirar sus alrededores, las taquillas estaban frente a ella por lo cual no podía ver el teatro exactamente, pero pronto sus ojos encontraron las puertas que se dirigían a él.

El lugar estaba completamente iluminado, la luz rebotaba en la blancura de las paredes, ocasionándole a Augustine que sus ojos sintieran cierta sensibilidad, luego de unos segundos su vista se acostumbró a la iluminación.

La inmensidad del teatro vacío sorprendió un poco a Augustine. Había estado en teatros mucho más grandes, pero por alguna razón este provocaba que su pulso acelerara. Tal vez se debía a que el vacío lo hacía parecía más grande o tal vez le asustaba enfrentarse a aquello a lo que no había sido capaz años atrás.

Folklore: This LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora