11.- dorothea

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"This place is the same as it ever was, but you don't like it that way"

Augustine llevaba varias horas en casa de sus tíos, Lord y Lady Alarcón. Estaba de visita y se quedaría ahí por unas semanas. Le había costado hacerse un espacio libre en su agenda, pero ahí estaba para apoyar a su amiga.

El momento en el que llegó pudo reconocer el característico olor de la ciudad. Nunca supo cómo describirlo, pero si lo describiera sería con una sola palabra: veraniego.

Aquel lugar le traía recuerdos, recuerdos que estaban tan lejanos que ya no podían lastimarla. Quería abrazar a la Augustine de 16 años y decirle que todo iba a estar bien.

Después de aquel desastroso verano regresó con sus padres, completamente destrozada, pero todo ese dolor lo convirtió en arte y encontró su verdadera pasión: la música. Así que durante años se empeñó en convencer a sus padres de que la dejaran cantar y tocar en teatros en vez de ayudarla a buscar un marido. Luego de muchos intentos, regaños y conversaciones incómodas lo había logrado.

Por su mente se iluminó aquel recuerdo en el que se prometía a sí misma nunca regresar a la ciudad en la que le habían roto el corazón, en la que la habían utilizado e ilusionado. Pero ahí estaba otra vez.

Por algunos años sintió tanto arrepentimiento y culpa ya que sabía que lo que hizo estaba mal porque James nunca fue suyo. Creyó que si lo deseaba con tantas fuerzas se haría realidad. Creyó que si de verdad lo quería la escogería a ella como primera opción. Pero no fue así.

Así que luego de todo el dolor y sufrimiento por el qué pasó decidió enfocarse en otras cosas. Para sus 24 años ya había cantado y tocado en un montón de teatros famosos, había viajado por el país gracias a la gente que quería escucharla cantar.

Era por ese talento que mostraba constantemente que su agenda había estado ocupada cuando Betty le dijo que su baile de compromiso se acercaba. Intentó de todo para dejar ese día libre, pero no lo logró. Por lo tanto se comprometió a terminar todos sus asuntos pendientes y tomarse unos días de vacaciones en el pueblo junto a su amiga. De todos modos sentía que se lo debía después de todo lo que había pasado.

Llegó a la enorme casa de sus tíos, los saludó y subió a la habitación de su prima Inés. Al entrar una ola de nostalgia la invadió. Recordó la última vez que estuvo ahí, peleando con su prima.

Betty e Inés eran amigas desde muy pequeñas así que en cuanto Inés supo de la aventura entre James y Augustine le contó a su amiga. Eso provocó una pelea entre la rubia e Inés.

Hasta aquel verano Inés y Augustine nunca habían sido unidas, por lo tanto el hecho de que Inés le contara a Betty lo que había sucedido lo tomó como traición. Hasta que luego de reflexionarlo un poco se dio cuenta que Betty siempre sería la primera opción de Inés. Al igual que la de James.

Observó la habitación por unos segundos. Nada había cambiado, salvo por los libros en los estantes cerca de la cama de Inés. Era el mismo olor a vainilla del perfume de su prima, el mismo tocador con el mismo viejo espejo. Todo parecía igual que siente años atrás, pero Augustine no era la misma.

Recorrió sus dedos por los lomos de los libros en el estante. Incluso los libros olían a que habían estado guardados ahí por unos cuantos años. Tomó uno y se recostó en la cama para leer, para hacer tiempo en lo que llegaba su prima.

Pasaron unas horas, por la ventana podía ver como el sol se escondía en las montañas y la luz bajaba su intensidad. Prendió la misma vieja lámpara para leer mejor y se volvió a meter en el libro que sostenían sus manos.

— ¿Augustine? —la voz de Inés la sacó de su lectura.

La rubia se levantó de la cama, se acomodó el largo cabello rubio que llevaba suelto. No sabía si sonreír o no. Años atrás había arreglado las cosas con Inés, pero aún así no sabía que reacción esperar.

Folklore: This LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora