Folklore: This Love

23.- I Don't Wanna Live Forever

"Wondering if I dodged a bullet or just lost the love of my life"

La familia Powell había regresado a casa por la noche luego de que el padre de la familia haya sido visto por un doctor de la familia real. Lady Berenice parecía embrujada por la enfermedad de su marido. Lady Berenice estaba ahí durante los días y las noches y era la única que entraba y salía de la habitación.

Debido a que las chicas Powell no veían a su madre durante todo el día, se tomaban los ratos libres para salir y hacer cualquier cosa que ellas desearan. Tessa ayudaba a Brooke con la organización de la boda, Sasha le encantaba ir al café o al teatro a reunirse con sus amigas y Lilly vivía su primer amor al que aún mantenía en secreto, pero todas sabían a quien veía Lilly, de todos modos las otras tres chicas ya habían estado en su lugar.

Sin embargo, Betty estaba ahí, fuera de la habitación en donde estaban sus padres. Había acomodado una silla afuera de la alcoba de su padre, esperando noticias de él o alguna llamada de su madre. Mientras esperaba, leía por placer.

Habían pasado varios años desde la última vez que ella elegía el libro que leería. Generalmente era su madre quien lo decidía y la mayoría de las veces eran libros de cómo ser una dama. Betty los detestaba. Así que creyó que volvería a leer su libro favorito: Orgullo y Prejuicio.

Las páginas del libro que Betty sostenía entre sus manos se habían hecho amarillas con el paso del tiempo y los bordes del libro estaban desgastados como si la castaña lo hubiera leído mil veces. Como era habitual, el corredor estaba sumido en un profundo silencio y el aroma a rosa de las velas aromáticas que el doctor había recomendado para su padre estaba por todas partes.

La yema de sus dedos tocaban los bordes desgastados del libro recordando la última vez que había estado entre sus manos. Tal vez lo había leído por última vez poco después de la ruptura a sus casi 18 años. Recordó que estaba tan herida que consideró regalarlo. Pero ahora aquel libro no le hacía ningún daño. Incluso le agradeció a la Betty del pasado por haberlo guardado.

Se detuvo por un momento. Lady Berenice no iba a hacerle caso ahora, estaba más preocupada por su marido que por sus hijas. ¿Entonces que hacía ahí Betty? Era la primera vez que tenía tanta libertad que no sabía que hacer con ella.

Se levantó de la silla aún con el libro en mano y se dirigió a la puerta. Por unos segundos estaba tan decidida a irse y desaparecer por los siguientes días. Estaba a punto de llegar a la entrada cuando la culpa la invadió. ¿Qué ocurría si su madre la necesitaba?

Dio un paso hacia atrás y se paseó un rato por la casa. Pasó por la cocina, la sala de estar, el estudio y llegó al salón. Se dio cuenta que cuando este estaba vacío se convertía en su lugar favorito de la casa.

Recordó la noche de su fiesta de compromiso y sonrió. Recordó lo nerviosa que estaba antes de aquel evento y el vino que Inés le había servido. Se acordó de la música que emanaba del mismo piano en el que ella había aprendido a tocar y la expresión de Damián mientras esperaba una respuesta de ella. Pensó que incluso se veía perfecto cuando estaba a la expectativa de un "sí".

Luego recordó a James haciéndose paso entre la multitud para echar un mejor vistazo a lo que ocurría y los sentimientos que su aparición le habían provocado. Aquella noche estaba tan enojada con él, pero había otro sentimiento en ella, uno viejo que creyó dejar atrás y que tenía tan enterrado que no era capaz de verlo hasta ahora y que incluso en ese instante se negaba a aceptarlo porque una vez que lo hiciera sabía que no había vuelta atrás.

Era como si una vela se hubiera encendido de nuevo o tal vez nunca estuvo realmente apagada. Y las señales que el castaño le daba no ayudaba mucho. Pensó en la manera en la que James apretó su mano tres veces en el baile unos días antes. Sabía que eso significaba algo entre ellos, pero no lo aceptaba. Estaba convencida de que era una coincidencia o que se estaba volviendo loca.