15.- Maroon

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"And I lost you the one I was dancing with"

A pesar de ser otoño el día tenía buena pinta. Y debería tenerlo ya que sería la fiesta del té de Brooke con sus amigas más cercanas para hablar de la boda que se aproximaba.

El corazón de Betty se aceleraba cada vez que pensaba en ello. Tenía que asistir a aquella fiesta del té. Y no es que las fiestas de bajo perfil como esas la pusieran nerviosa sino que era la primera fiesta desde que James había regresado y no podía olvidar el pequeño detalle que el evento sería en casa de los Thompson.

La castaña se encontraba en el balcón de su habitación mirando hacía la entrada de la casa, justo donde estaba la fuente enfrente de la puerta principal. El aire despeinaba su cabello, pero no le importaba. Realmente no estaba pensando en eso. Físicamente se encontraba en el balcón, pero su mente la transportaba a las noches en las que James subía hasta su habitación a escondidas o las tardes en las que salían a hacer picnics en el jardín de su casa.

Se abrazó a sí misma con la mirada perdida en el horizonte como si creyera que si lo deseaba demasiado se haría realidad, pero no pasó. Una voz que la llamaba la sacó sus pensamientos.

Damián la llamó desde la puerta de su habitación. Betty regresó a su alcoba y dejó a su prometido pasar. Aún no terminaba de acostumbrarse a ver al rubio en su habitación, pero qué más daba, ya estaban comprometidos. 

— ¿Cómo te fue ayer en el pueblo, querida? —el rubio la tomó de la cintura mientras le depositaba un delicado beso en la mejilla.

En su mente Betty revivió lo que había ocurrido el día anterior. Finalmente estaban los tres reunidos: Betty, James y Augustine. Nunca creyó que eso pasaría. Siete años atrás se creaba escenarios imaginarios, pero definitivamente ese no era uno de ellos.

— Estuvo bien. Encontré lo que estaba buscando —respondió la castaña. Su prometido le dedicó una amplia sonrisa mientras la miraba a los ojos haciendo que los muros que Betty había construido a su alrededor cayeran sólo un poco.

Eran pocas las personas con las que la chica bajaba su guardia. Estaban Inés y sus hermanas con quienes se sentía libre de expresarse y ser ella misma. Pero en lo más profundo de su ser sabía que el único capaz de tirar sus muros abajo y quitarle la máscara era James. Aunque debía admitir que Damián se había convertido muy bueno en derribar sus muros sólo un poco.

— Irás a la fiesta del té de Brooke ¿cierto? —la castaña asintió con una pequeña sonrisa en el rostro. — De acuerdo. Tessa y tu pueden usar mi carroza.

— No tienes que hacerlo. Brooke y yo tomaremos la de mi madre.

— No, Elizabeth, insisto en que la uses. Además, debes acostumbrarte a ella ya que pronto será tuya también —Betty sonrió nuevamente. Pensó que todo lo que había querido para ella estaba justo ahí frente a ella, pero ¿por qué no se sentía victoriosa? ¿Por qué le costaba sonreír en ocasiones? ¿Por qué no sentía mariposas en el estómago? ¿Por qué sus muros no terminaban de caerse?

En casa de los Thompson la próxima novia a casarse daba vueltas por todo el jardín asegurándose que todo estuviera perfecto. Veía que las flores estuvieran tan coloridas como la naturaleza lo permitía. Se sentaba una y otra vez en las sillas verificando que fueran lo más cómodas posibles. Afortunadamente, Lady Amber se encontraba a su lado tranquilizándola mientras perseguía a Brooke por todo el lugar.

El hijo mayor las observaba divertido mientras se recargaba sobre el marco de la puerta. Veía a su madre tomar a su hermana de los hombros mientras le decía algo para calmarla.

— Te van a salir arrugas a los treinta si sigues preocupándote tanto —advirtió el chico haciéndose paso hasta su hermana menor.

— James, eres un tonto —Lady Amber sonreía al igual que su hijo.

Folklore: This LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora