Capítulo 12

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Tercera parte de nuestra maratón les diré que la inspiración ha llegado porque voy por la mitad del siguiente capítulo, tener días libres del trabajo en verdad ayuda.

Disfruten

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—¿A quién le perteneces? —

Lena penetran sin tregua a su acompañante sintiendo como su interior se va aparentando alrededor de sus dedos —A ti... Solo a ti— los ojos fuertemente cerrados de la rubia en su regazo con sus labios entre abiertos, sus jadeos de placer y su cabeza ligeramente inclinada así atrás es el signo inequívoco de que su orgasmo está por llegar y justo segundos antes de poder culminar la irlandesa retira sus dedos del interior de la mujer —No, no, noooo. Lena por favor déjame correrme, por favor — Suplicas y sollozos salen de la ojiazul.

La CEO chupa sus dedos deleitándose con el sabor. Como le encanta la esencia de su mujer en su regazo solo hace unos minutos atrás que la probó, que la llevo al borde del precipicio con su lengua sin dejarla caer al abismo y no le importa porque podría saborearla eternamente y jamás se cansaría —Por favor Lena soy buena chica, por favor déjame correrme... Por favor— Con un simple y fácil movimiento Lena se pone de pie cargando a la reportera besándola feroz y posesivamente se sube a la cama recostado a su amante con la espalda apoyada sobre el colchón, deja las piernas de su rubia completamente estiradas hacia arriba pegadas sobre su pecho sosteniéndolas con sus brazos mientras que ella de rodillas con su espalda completamente erguida penetra de una sola estocada a su mujer completamente mojada —Siii Lena Dios— Los gemidos de la ojiazul inundan la habitación esta deseosa de su orgasmo que se le ha sido negado en dos ocasiones y siente como el largo y grueso miembro de Lena duro como una roca y sus constantes fuertes y rápidas penetraciones la tienen al borde nuevamente —Por favor mi ama déjame correrme—

—No todavía— La voz de Lena es dominante

—¡Por favor! por favor, por favor Lena—

Lena baja un poco el ritmo —¿A quién le perteneces? —

—¡A Lena Luthor! — La mujer grita su respuesta y su recompensa es dada en forma de embestidas sin tregua

—Buena chica—

—Por favor Lena déjame correrme por favor soy tuya— Lena intensifica la velocidad

—Puedes correrte— El permiso otorgado golpea tanto como el miembro en su interior liberando a la rubia en un orgasmo abrazador —Siiii Lena solo tuya— La espalda de la ojiazul se arquea levantándose del colchón su interior apretá deliciosamente el pene de la CEO haciendo que se vacíe en el interior de su mujer. Con respiraciones agitadas lentamente Lena con cuidado y delicadeza acomoda las piernas de Kara sobre la cama mientras ella se inclina para besar los labios de su novia.

—¡Kara... Amor! — La mano de Lena se mueve velozmente sobre su miembro erecto a la par de las penetraciones de sus recuerdos y con un sonoro gemido su semen sale disparado llenando por completo el frasco para muestras. —Kara como te extraño amor— Con una exhalación la CEO abre sus ojos suelta un ligero resoplido y niega con ligeros movimientos de su cabeza al ver a su amiguito aún de pie —Tú nunca te bajas cuando se trata de ella ¿cierto? — Termina de cerrar el frasco y limpiar sus manos —Te entiendo yo tampoco me canso de ella. Tienes que bajarte amigo Kara no está aquí al menos no todavía—

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Lena Luthor y su gusto por las strippers— Uno de los tantos titulares que han circulado ese fin de semana —Heredera del imperio Luthor vista en club nudista en Brasil— La foto de Lena siendo besada en la mejilla por una mujer semidesnuda en un club en São Paulo es la portada de la revista —Lena Luthor engaña a Diana Prince— Otra noticia con otra foto de la irlandesa abrazando por la cintura a una rubia que Kara reconoce como la mujer que estaba con su exnovia en Glastonbury lágrimas rodaban por las mejillas de la reportera mientras se encontraba sumergida en una pana gigante de helado en su teléfono tenía las viñetas abiertas de los enlaces que le había enviado su hermana docena de páginas cada una mostraba una noticia similar de la vida de libertinaje de la CEO de LCorp. Un golpe sobresalta a la ojiazul que sin ánimos se asoma a la mirilla de su apartamento y ve a Maggie al otro lado Kara abre la puerta y la sonrisa comprensiva de Maggie termina de desarmala por completo se arroja a los brazos de su amiga quien la recibe sin más y sin soltarla la morena cierra la puerta con el pie y juntas caminan al sofá donde la rubia llora amargamente.

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