Es nuestro

Capítulo 20

¡Hola!

No es la maratón hasta el final que quería, sin embargo, ya hay varios capítulos terminados y el final están en proceso así que para no perder la emoción de la historia les dejo está actualización y otra más. Les daré dos capítulos.

Uno puede pasar semanas sin escribir y de repente BOOM la inspiración llega. 

Bueno sin más... 

¡Disfruten del capítulo!

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¿Cómo les diré?

Respiraciones profundas son dadas queriendo encontrar valor para enfrentarlos a todos y a ella misma del resultado de la cirugía Nunca es fácil dar malas noticias y menos cuando se trata de la familia con los ojos cerrados, exhalación lenta y un paso más al frente.

—¡Harley! — Lillian es la primera en ver a una cabizbaja rubia asomarse por el pasillo y en menos de un segundo está rodeada por los presentes —Lillian— Un muy apenas y audible susurro es lo que logra articular la neurocirujana —¿Cómo está mi hija? — La doctora respira —Por favor habla ¿Cómo esta Lena? — Una desesperada Kara exige y Harley traga notoriamente su semblante no presagia nada bueno.

—Ella está... Está... Está viva que es lo que importa— Finalmente, las palabras llegan a Harley —Su estado es delicado, murió en esa sala en más de una vez, tuvimos que reanimarla en múltiples ocasiones. Mientras no despierte no sabremos si hay secuelas permanentes por la falta de oxígeno ni que tan graves serán los daños. Y honestamente no sé cuándo despertará— Conmoción y lágrimas es lo que hay en la familia de Lena Luthor por su estado —O si lo llegará hacer—

—Esto es mi culpa— Kara musita en medio del llanto —Yo soy la que tendría que estar ahí no ella—

—Entonces tú y mis nietos son los que estarían en peligro y eso es algo inaceptable porque Lena siempre protege a su familia— Lillian abraza a la reportera, un abrazo no solo para consolar a su nuera si no a ella misma también.

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¿Dónde estoy? Asombro y una sonrisa adornan el rostro de Lena Luthor la irlandesa no sabe dónde se encuentra y extrañamente tampoco le preocupa se siente tan bien y tranquila. En calma camina por el césped del lugar con el olor a petricor inundando el aire y un sol azul brillando en el firmamento.

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—Hija no sé en dónde estes, pero por favor regresa a nosotros— Lillian acaricia suavemente el rostro de su pequeña.

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—Se siente realmente pacifico estar aquí— Lena se encontraba en una hermosa playa, la arena brillando a la luz se sentía tibia contra sus pies descalzos y no caliente como la del desierto en el que estuvo hace un momento, aunque no fue un calor abrazador si no todo lo contrario —Espera... Esta es la misma tierra. No lo creo—  Repentinamente el lugar se había transformado en una costa rodeada de montañas era un lugar mágico que nunca antes había visto en vida y el sonido del agua y el viento le da una serenidad jamás sentida, cubierto todo por un hermoso cielo teñido de naranja y un sol rojo centellante —Hermoso. Sí. Bello. Sin embargo, no es donde pertenezco. No es aquí en donde debo estar—

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—Vamos Lena despierta por favor ojitos— Diana observa la expresión angelical de su amiga; serena como hace mucho que no lo ve y pese a esa paz que transmite es rostro dormido, lo único que desea es que esos orbes verdes se abran y la miren.

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Lena había dejado el extraordinario, inusual y mágico lugar atrás y ahora se encontraba envuelta de... blanco. El brillante y a la vez tuene resplandor blanco era todo lo que se distinguía no podía ver ni cielo, piso o paredes. Era como estar flotando en medio de la nada. La serenidad que se ha asentado en su pecho desde que llego nunca la ha abandonado ni siquiera con el cambio de sitios y pese a sentir todo ese bienestar sabe que no es aquí su lugar —Seguiré avanzando debo de encontrar el camino a... ¿Dónde?... a...ella. Sí ella—

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—Esmeralda vuelve a nosotros— Alura acariciaba la mejilla de su niña inconsciente y lejana y en su corazón solo el deseo de que despertara albergaba.

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—Dos caminos ¿Cuál es el mío? — Lena se pregunta parada frente a dos puertas y una voz sin rostro resuena desde la nada —Te has adelantado a tu tiempo Lena no te esperábamos aún— La ojiverde pese a no identificar la procedencia de tan profunda voz que en vez de intimidar por lo grave que suena más bien armonía es lo que le transmite —Lo he hecho. Estoy tratando de llegar a mi... ¿Destino? A ella sí—

—¿Segura que ahí es donde quieres ir? Porque podrías tomar el otro camino el del descanso y la paz hasta que sea tu tiempo nuevamente—

Alegre Lena niega con un movimiento de su cabeza —No es tiempo de irme. Mi destino me espera, pero agradezco la oferta—

—El alma no se equivoca Lena deja que ella escuche el llamado y sea quien te guie—

—Muchas Gracias— Y con una sonrisa la ojiverde continúa en la extensión luminosa y blanquecina que la envuelve dando paso a un nuevo lugar.

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En silencio y con cautela Kara se acercaba. Parsimoniosa llega al borde de la cama. Impasible y plácido es el rostro de Lena, una semana y medía transcurrida y la irlandesa no despertaba — Lena—

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Ahora en medio de un bosque rodeada de árboles nuca vistos, y arcoíris reflejados por todas partes Lena se encontraba parada frente a un árbol en particular las manchas de dos manos superpuestas en tinta roja que por alguna razón la irlandesa sabía era sangre. La marca brillaba en el centro. En el último segundo antes de poner su palma por completo. Una voz la detiene. Es ella... Kara Articula alejándose del lugar, rozando sus dedos en la mancha al alejarse.

—Tan cerca y tan lejos— Uno de los seres que la observan comenta

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—Lena por favor... Despierta... no— Kara cierra sus ojos inhalando y exhalando —No me dejes Lena. No todavía— Susurra antes de inclinarse y rozar esos labios que tanto ha añorado.

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A segundos de abrir la puerta que la llevara a su origen y descanso de su alma alejándola de nuestro mundo mortal, el llamado es escuchado. Kara. Mi sol.  La voz de su girasol clamando por ella la regresa a casa. Ese es el camino. El resplandor blanco se desvanece a medida que Lena avanza y poco a poco regresa. La calidez y suavidad de un roce, unos labios que conoce tan bien le dan la bienvenida soñolienta y sin prisa corresponde el toque y degusta el beso que tanto ha ansiado —El destino de estar juntas...Es nuestro— Murmurra volviendo a juntar su boca con la de su alma/llama gemela.

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Se que es cortito, pero realmente quise cortarlo aquí porque siento que quedo perfecto.

Espero y les haya gustado.

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