Capítulo 22

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Y como soy buena gente (ni yo me la creo) aquí les dejo otro capítulo. 

3/2 (se supone que solo serían dos, pero uno extra no hace daño).

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Cuarenta o cincuenta minutos después Harley e Ivy salen de uno de los cuartos y Diana llega al lugar, eleva su ceja inspeccionando a las esposas y suelta una risotada lo que estuvieron haciendo ahí adentro es más que notorio por el estado de ambas —Espera Pam— Con una mano en alto la griega detiene a Pamela —Antes de que me abraces te lavaste bien las manos—  

—Idiota— Ivy responde

—No quiero los fluidos de tu mujer en mí— Joviales y entre risas las dos se abrazan —¿Qué pasa psicópata? — Diana pregunta, pues ve a su rubia doctora amiga con el ceño fruncido y la mirada enfocada en otra rubia aún extraviada en sus pensamientos.

—Kara Danvers es más dura que un coyol— Ivy se quejaba —Lena no pudo haberse enamorado de alguien menos testaruda. Bien dicen que Dios lo crea y ellas se juntan—

—Suficiente! Esto se termina hoy—

—Diana ¿Qué harás? — Ivy toma del brazo a la griega, Diana se suelta decidida —Terminar con esto—

Molesta, cansada e indignada Diana Prince decidida va directo donde la reportera —Kara Danvers— La aludida se sobresalta en su sitio —Te he tenido mucha paciencia porque eres la mujer que Lena ama, lo que te convierte en mi cuñada y familia. No obstante, mi límite llegó hasta aquí. No doy más con esta situación. Lena es mi hermana y así como la tuya te protege a ti yo la protejo a ella, por lo cual te pido que de una vez por todas que dejes de ser tan cabezota Kara Danvers y perdónala de una vez sí es que tienes algo que perdonarle porque sinceramente no lo creo ya que tú también has actuado inmaduramente. Llevas todos los malditos días que Lena estuvo en coma en este hospital a su lado y en vez de besarla como corresponde y gritarle que la amas sigues de necia y reacia a regresar con ella, de darle una oportunidad de cuidar de ti solo que esta vez cuidándote estando a tu lado. Porque Lena lleva cuidándote a la distancia desde que te fuiste porque déjame decirte que Lena jamás ha dejado de velar por ti y esos bebés. Y tú y los tuyos dirán que esa era su responsabilidad. Pero entiende que para ella no lo era. Ella creía que la habías engañado y con todo y eso ha estado al pendiente de que estés bien y se ha asegurado de que tengas acceso a lo mejor o quien crees que es la que ha pagado tu—

—¡Diana! —

Cat Grant quien llegaba a ver a su ahijada interviene y la mencionada toma aire calmándose —Kira ven conmigo— La Reina de todos los medios deja el pasillo con una desorientada Kara siguiéndola.

—Señorita Grant— Ante todo pronóstico la mujer mayor envuelve en un abrazo maternal a la menor —Déjalo salir Kara— La reportera amateur llora desconsoladamente, lágrimas por todo lo pasado desde que confeso su embarazo a Lena con un resultado desastroso e impensable hasta por lo de su última conversación momentos antes.

Con gentileza Cat sostiene a Kara y cuidadosamente la sienta sentándose ella al lado —Lena te ama y tú a ella también eso es más que evidente— Tiernamente limpia las lágrimas de los pómulos de Kara —El orgullo y la terquedad no siempre son buenos aliados no cuando nos impiden escuchar y ver con claridad. Toma— La rubia mayor extiende un sobre a la ojiazul más joven —Sí es el sobre que mi ahijada te dejo el día que lleno CatCo de flores. Léelo y escúchala. Yo estaré aquí junto a ti— Kara sorbe ruidosamente por la nariz y con manos temblorosas abre el folder. La inconfundible letra de Lena llena la hoja.

Hola mi sol

Mi hermoso girasol

Se que estas enojada

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