Capítulo 24

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No tenía planeado esto así que considérenlo un regalo como agradecimiento por la liguera lluvia que cayó en mi ciudad, en verdad este año por primera vez sentí lo del dicho ¨Lo esperas como agua de mayo¨, pues este año ha sido el infierno en mi ciudad y cero lluvias hasta hoy finalmente llovió.

Además de la lluvia también me gusta compartir historias con ustedes.

Bueno sin más disfruten de esta mini maratón... Si leyeron bien mini maratón de 3 capítulos

¡Disfruten!

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—Aquí tienes— Un rubia entrega un sobre lleno de billetes.

—Ha sido un placer hacer negocios con usted—

La mujer asiente con su cabeza mientras deja la habitación vestida con el uniforme de enfermera y llave de acceso por la cual acabada de pagar con el único objetivo de llegar hasta donde Lena Luthor y terminar con su vida —Pronto Lenita, Pronto— De lo más natural sale del elevador caminando por el largo pasillo —¿Disculpe? — Una voz dirigida a ella le corta el paso, una mujer de cabellos oscuros y ojos verdes la detienen No me jodas, está bien podría ser la hermana perdida de Lena — ¿Estoy buscando la habitación de la Lena Luthor sabe usted cuál es? — Ni creas que me vas joder la operación estúpida —Mmmm creo que es la última del pasillo— Responde amable.

—Gracias—

—Estamos para servirle señorita—

Con una falsa sonrisa responde a la mujer y a presurosa reanuda su camino a la habitación correcta no estaba en sus planes que alguien la viera, su tiempo de por si escaso ahora se había reducido aún más y todo por la idiota desconocida.

Una mirada por el pequeño vidrio de la puerta fue suficiente para comprobar que su objetivo se encontraba sola, yacía dormida e indefensa a su completa merced para acabar con su vida —Es una lástima Lena que nunca me aceptaras o Andrea de pérdida, hubiera sido maravilloso saber que cada vez que tocaba a Rojas indirectamente te tocaba a ti también por media de ella, oler el rastro de tu fragancia que dejaras impregnando en su piel. Pero no, nos despreciaste a las dos y ahora vas a pagar por ello— Termina su discurso dejando una última caricia en el pelo azabache, parándose frente al suero conectado a las venas de la ojiverde, sacando su jeringa con una dosis de su mortal veneno.

—¿Sinclair? — Voz rasposa por el sueño, ceño fruncido por el desconcierto —¿Qué hace usted aquí? — Severa Lena interroga, el desconcierto de su rostro se transforma al ver el atuendo que viste su visita y el objeto entre sus manos —Tú... Tú eres una de ellos— Antes de que otra palabra se diga Lena arranca el catéter de su brazo con un grito de dolor no solo por la forma brusca en que fue removido sino también por la punzada de sus costillas por la rapidez de sus movimientos.

—Bueno eso no era necesario, ya que aún no lo inyectaba. Supongo que tendré que ponerlo en tu cuello—

—Sobre mi cadáver Verónica—

—Eso es justamente lo único que va a quedar de ti para cuando me haya ido—

Gana tiempo Es el pensamiento de la CEO —¿Por qué estás haciendo todo esto? —

Sin embargo, la pregunta no es respondida y Verónica se alabanza sobre Lena quien inmediatamente levanta sus brazos para atajar las muñecas de su atacante. ¡Mierda! ¡Duele como el infierno! El dolor es insoportable, pero dejarse vencer y perder no es una opción. Girasol. Hijos. —Estas loca Verónica— Con un grito desgarrador Lena usa su pierna sana para darle un rodillazo a la mujer. Verónica cae atrás quejándose. Y sonriendo con suficiencia. Pues, el rostro de la CEO es cansado y adolorido. Las manos de la ojiverde inconscientemente se mueven a sus costillas lastimadas acunándolas.

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