Capítulo 14

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Quinta y última entrega de hoy. Será la última de hoy porque he estado escribiendo todo el día prácticamente. A los que leen esta historia estos es para ustedes un regalo por su paciencia y tiempo que le dedican a leer mi fic.

Espero que les guste.

La maratón resulto ser 5/3 jajajaja. Para que vean lo mucho que agradezco el apoyo de ustedes y como los recompenso por la esperá. 

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Actualidad (viernes 07 de julio de 2023)

—¿Disculpe? — La CEO con su mujer en brazos aprieta sus dientes contra sí tan fuerte que podían quebrarse de la presión ejercida.

—¡Robert! Por favor la mujer est—

—Nada de Robert, Isobel ¿Quieres que pase lo mismo que nos ha ocurrido con estás dos mujeres? — Expresa el hombre en evidente tono de desprecio señalando detrás de sí. Lena no sabe quién es, lo que si sabe es que el hijo de puta tiene ganas de morir, el tipo frente a ella con un café en mano y una revista que la irlandesa reconoció era una edición de CatCo Magazine vuelve a hablar—¿Cómo puede ver estamos muy ocupados? Si tanto le urge que atendamos a su mujer primero debe de pagar y aseguranos que tengan seguro social, tarjeta de crédito o lleve a su mujer a otro sitio donde den caridad—

La CEO agradece a los dioses por tener las manos ocupadas si no hubiera cometido homicidio, ve alrededor y se encuentra con una sala no llena pero tampoco vacía había un par de personas esperando ser atendidos y un poco más atrás del insolente frente a ella ve las dos mujeres que él menciono; una señora de edad con el rostro muy afligido y una chica de pinta humilde con una niña llorando en brazos con su rostro en sangrentado.

—Doctor Robert Stark— Leé la CEO el nombre del médico en la etiqueta en la bata —Esta despedido— El tono de calma con el que la irlandesa habla no tiene nada que ver con la furia en sus ojos —Tú no puedes despedirme— interrumpe él —Claro que puedo, soy la futura dueña de este lugar y no solo estas despedido sino que también me encargaré de que no vuelvas a encontrar un trabajo en el área de la medicina en tu vida, pero ni siquiera de farmacéutico— Finaliza la irlandesa con esa mirada que hace temblar a cualquiera. El tipo traga grueso y antes de que pueda decir algo la CEO alza la vista y la dirige al resto del personal —Al menos que todos ustedes también quieran perder su trabajo les aconsejo que se muevan rápido y atiendan a mi mujer. ¡Ahora! Y también a la chica con la niña en brazos y quiero saber cuál es el problema con la señora, más les vales que para un tiempo prudencial esta sala este vacía— A la última palabra pronunciada por la pelinegra con una rubia en brazos todo el hospital entra en acción—Ya escuchaste a la nueva jefaza muevan el culo que tenemos trabajo que hacer — Grita una de las personas en el lugar al mismo tiempo que sale corriendo por el pasillo.

—Y usted Doctor Robert lo quiero fuera de mi edificio— Él hombre airado se planta frente a Lena y el momento que se disponía a hablar es tomado por el brazo por la misma mujer que había salido corriendo por el pasillo que ahora regresaba empujando una camilla —Ya escucho a la patroncita largo. David saca a este tipo de aquí— La aparente enfermera se voltea hacia la CEO que aún mantenía a su rubia en brazos —Ponga a su mujer aquí jefecita nosotros nos hacemos cargo—.

—Gracias Korra— Lee la CEO la etiqueta en la ropa de la morena y con cuidado deposita a su rubia en la camilla —Van a estar bien amor— Deja un beso en la frente de su rubia, alejándose dando espacio para que puedan atenderla.

—¡Wow! — Exclama Maggie —Si que das miedo eh, es que lo que tienes de enana lo tienes de imponete—

—¿Me estás diciendo chaparra? — La ojiverde se gira viendo a Maggie directamente a los ojos haciendo que la abogada trague grueso alzando su manos al tiempo que retrocede —No, no, no jamás. Soy Maggie Sawyer— Extiende su mano en forma de saludo, Lena mueve su vista del rostro de Maggie a su mano extendida; ella ya sabe quién es la mujer, aunque esta es la primera vez que hablan o se presentan de manera formal el físico de la chica encaja a la perfección con la descripción que le dio su madre y la de Kara en sus correos, finalmente fijando su mirada esmeralda en los ojos de la morena corresponde el saludo en un firme apretón. —Lena Luthor—.

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