Usa se sentía nervioso.
Cuando los regalos empezaron a llegar a su casa, Perú estuvo tan feliz que se sentó sobre el tapete de la sala a abrir todos ellos.
Nunca lo había visto tan curioso por algo. Siempre había sido discreto.
Perú abría las bolsas, ordenaba lo encontrado y volvía con otra.
— tu mamá es hermosa...
Escuchó decir de repente.
Era cierto. Usa sabía que su madre era hermosa, después de haberse divorciado lo fue más.
Era libre, y lo libre era hermoso.
— me gusta ella...
— sí, lo sé... es de las pocas omegas que soportas.
Perú lo miro silencioso.
— no digo que odies a los o las omegas, no me mires así, cariño. — sonrió el estadounidense.
— suena muy feo...
— es cierto, lo siento. — se disculpó al instante, y se sentó a su lado sobre el tapete.
—... uhm, Usa...
— dime.
— ¿crees que si invito a mi mamá cuando nazcan nuestros bebés... ella realmente venga?
—... — lo miró por algunos segundos. — no lo sé... puedes intentar decírselo.
— tengo miedo de ir a verlos... — contestó acariciando su barriga.
— si las cosas salen mal, estaré a tu lado.
— lo sé... pero quiero- — cayó al instante, y miro a los ojos a Usa.
— ¿quieres?
— realmente quiero que ella me quiera... es mi mamá...
—...
— creo que ella debería amarme... yo amo a dos seres que ni siquiera conozco, y es muy lindo pensar en como serán sus rostros...
— Perú...
— no sé... no me importa si son omegas, alfas o betas, Usa. Los amo... ¿por qué no puede ser igual?...
—...
— quizás este siendo muy codicioso...
Usa lo negó, y Perú siguió abriendo regalos mientras lloraba.
No lo interrumpió, solo se sentó a su lado.
Tenía ganas de abrazarlo, pero ¿qué significaría eso para Perú? Eso pararía su llanto, sí.
Era cierto.
Pero, ¿qué seguía después?
¿Besos?, ¿Caricias?
Ahora solo estaba frágil, rasgando el papel que envolvía todos los objetos, absorbiendo su nariz, sobando sus propios ojos, y por momentos abrazando su barriga.
Perú pensando en todo.
Pero no estaba solo.
Perú tenía que llorar por lo que tuviera que llorar.
Porque era lo que seguía después de sentir.
Esos sentimientos eran suyos.
Y Usa no lo podía interrumpir.
—.