Casi siete meses.
Perú iba a los controles, pero aún no sabían el sexo del bebé.
Era uno de los pocos pedidos que había hecho Perú a Usa. No saber cuál era el sexo de sus hijos.
Sabían que eran dos.
Era cierto lo que había dicho Usa, y lo había imaginado porque le costaba pararse por el gran bulto. Conforme la pancita de Perú crecía, Usa llegaba más temprano a casa o se quedaba en ocasiones.
Hasta que finalmente le dieron la opción de trabajar de manera remota, y tanto la felicidad como las hormonas de Perú invadía la habitación día y noche.
Perú era bastante feliz, aunque las chicas de limpieza ya no vinieran seguido. Sí, era cierto que las preguntas de la más pequeña de ellas lo hacían sentirse desanimado, pero eran buena compañía. Las extrañaría.
Usa insistía en que podía volver a contratarlas más adelante, pero por el momento no, porque Perú estaba cada vez más territorial, aunque este lo niegue.
— no creo poder invitar a Rusia durante un tiempo.
— ¿es por Colombia?
— sí, serás más territorial si sientes el olor de otro omega.
— oh...
— a quienes sí podemos invitar es a México y Argentina... aunque me den celos, son alfas y parecen caerte bien.
— normalmente no es así...
— sí, tampoco te molestan sus olores, me gusta que te sientas cómodo y no ser el único a tu lado.
— ¿por qué sabes mucho sobre esto?... — preguntó curioso.
— he leído estas últimas semanas, quiero que estés bien.
Perú miró a Usa una vez más.
Es así como siempre se había sentido el amor, ¿no es así? Sentirse protegido, sentirse feliz, sentirse bien.
Antes tenía miedo de amarlo.
Tenía miedo de depender de él.
Siempre lo había resaltado.Sin embargo, Suiza lo dijo.
Realmente la dependencia era temerosa, pero el abandono después de confiar era aterrador.
Y lo era.
Y para Perú, cuando Usa lo abrazaba y besaba sus mejillas, le decía te quiero y te amo, ¿realmente existía?
No. No existía el "abandono".
Por lo tanto, el terror era nulo.
— no llores, Perú... — sonrió el estadounidense.
Perú asintió suspirando para evitar llorar, y rió al sentirse un poco tonto.
— ¿hoy me puedes besar?
Asintió.
Realmente amaba al ser y ser a su lado.
—.
