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— la fiesta un poco tarde, ¿no crees?

México le pegó un codazo en la barriga a su novio, Argentina.

— mejor tarde que nunca, dicen. — hablo está vez, Venezuela.

— sí, mi madre estaba muy ansiosa por planear esto y Perú estuvo feliz de verla.

— él no está dejando que toquen su pancita. — comentó desanimado el mexicano.

— le dije que no lo hiciera.

— no joda, Usa. — está vez se acercó el colombiano de la mano de Rusia con una sonrisa ambos después de escuchar lo anterior. — ni que uno fuera qué.

Todo el círculo rió, y el estrellado continúo. — últimamente no me gusta que se acerquen a Perú, antes era muy normal.

— quizás es porque ya nacerán los bebés. — opinó el argentino.

— es lo más seguro, pero luego no veremos a Perú por lo ocupado que estará.

— no puedes ver a omegas casados. — respondió el estadounidense.

— dios mío, con este hombre. — bromeó Venezuela.

Durante la fiesta todos estaban rodeando al estadounidense haciendo preguntas sobre el peruano, Usa parecía ser el más abierto a una conversación, ya que Perú se encontraba sentado mirando a la puerta.

Así fue desde que empezó.
Perú había invitado a sus padres.
Y esperaba.

Y esperó.
Durante al menos dos horas estuvo en la entrada, incluso cuando algunos bailaban, Perú se mantuvo sereno y en silencio, solo saludando cuando era necesario.

Usa se acercó a él abrazándolo.

— ¿no tienes frío?

— estoy abrigado, Colombia me dió estos guantes a cambio de tocar mi panza. — rió el peruano. — no pude evitarlo.

— está bien, pero ¿no prefieres conversar adentro?

— sí, pero quiero esperar un poco más.

— ¿estás seguro?

Perú alzó la mirada por algunos segundos, y sus ojos se aguaron, su garganta pesó.
Volvió a sonreír entre una pequeña risa y se limpió los ojos con una de sus mangas.

Suspiró.
Se calmó.
Y contestó.

— no lo sé...

¿Cuántas veces había esperado por ellos?
En la escuela por el día de la madre.
Durante el día del padre.
Los eventos navideños.
La primera vez que se mudó y nunca fue visitado.
Su primer cumpleaños después de independizarse.
En su boda, su gran día.

Nunca se presentaron.
Ese día no fue la excepción.

—.

Al final I UsperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora