Lobos de Guerra

2. Dolor

Theo esta sentado en la mesa de operaciones, una mesa a su izquierda con herramientas médicas y una charola metálica con al menos cuatro balas ensangrentadas, ¿No le habían disparado solo en el hombro?

Ahora puso más atención a Theo, estaba sentado sin camisa, tenía rastros de sangre en el hombro izquierdo, el brazo y su costado. Había más sangre de lo debido, Deaton era un experto, pero estaba sudando y parecía cansado. El lugar apestaba a sangre qué era nauseabundo.

Estaba por volver a preguntar cuando Deaton hablo. – Melisa ¿podrías ayudarme? Tiene una bala incrustada en la zona del esternón, si no tenemos cuidado podría morir por hemorragia, esta sanando demasiado lento.  –  Las cuatro heridas que ya había  hecho sanaban a un ritmo alarmante, la sangre se filtraba de la gasa, estaba perdiendo sangre, Deaton nunca dejó de coser las heridas.

Melisa entro, tomo los guantes y se preparo, no se negó aunque se tratase de Theo, y aun tenía sentimientos confusos por el chico que estaba demasiado tranquilo para saber que podría morir. – ¿Algo más que deba saber? – Melisa ya estaba lista.
Le ayudo a preparar más suturas, y presionó la herida en el hombro ya cosida por la que se seguía filtrando sangre, estaba sanando más lento que un humano.

– Todos los sobrenaturales deben salir, Mason ¿Podrías asistirnos? Creo que fue demasiado pedírselo a su amigo. – Nolan salió de la sala, de la clínica a vomitar, ver al Deaton abrir la piel del chico sin anestesia, verlo hurgando dentro de su carne y sacar las balas, no era como ellos, un sobrenatural y aun así el olor de la sangre le dio nauseas.

Se odio por pensar que alguna vez sería fácil matarlos aun si ellos no eran humanos, creía que al menos así lograría ser reconocido, por lo menos una vez podría ser aceptado, amado. Pero no fue más que una ilusión, vómito hasta que el asco que sentía por si mismo disminuyó un poco.

– ¿Porque debemos salir? ¿Que esta mal? – Scott pregunto, no quería arriesgar a su mamá. – La bala contiene acónito, en realidad las tres que faltan tienen acónito, y una era de fragmentación, Argent sabe más del tema, pero al sacarla causará una nube de acónito condensada con la sangre de Theo, será suficiente para envenenar a cualquiera de ustedes. – Explico palpando la zona donde haría su corte, el costado derecho cerca de su pelvis.

– El está bien porque no es como ustedes, es inmune al acónito hasta cierto punto, la bala cerca de su corazón será la última, y eso le causará un dolor insoportable, quizás pierda el conocimiento o el control de si mismo. – Theo soltó una risa sin gracia. – Esta bien, he pasado por peores, me entrenaron bien, no escuchara un quejido de mi parte. – Sonrió, esa sonrisa fría que te hela la sangre.

Con todos afuera, Scott y Liam vigilando desde la puerta comenzaron con la extracción, y como dijo, ni se inmuto en el primer corte, se quedó extremadamente quieto, aun cuando Deaton  metió otra vez las pinzas a su carne hasta que saco la bala incrustada en su hueso pélvico, estaba completa aun con el acónito en su interior.

La segunda y tercera estaban vacías, el acónito envenenando la sangre de Theo. Cuando llego la hora de sacar la bala cerca del corazón, el cuerpo de Theo brillaba un poco bajo la luz blanca por el sudor, grandes gotas se deslizaban de su frente  hasta su mentón. Mason le seco el sudor, a estas alturas el dolor era tan insoportables que ese gesto paso de ser percibido, su concentración estaba en mantener el control.

Muy dentro de sí mismo, su cuerpo le rogaba liberar la tensión que él dolor le causaba, deseaba gritar, deseaba gritar hasta que su garganta se desgarra, le dolía tanto que pensó en matar a Deaton por causarlo, pero se mantuvo en calma, se obligó a estarlo.

Su rostro mostraba el dolor, se fruncía entre los cortes, se tensaba cuando la bala salía, gruñó cuando la segunda salió, esa estaba en su diafragma, se sintió aliviado de por fin respirar sin dolor.

– Theo, solo falta una, para sacarla debo abrir cerca de tu corazón lo que sacara el veneno pero también te dolerá mucho más que hasta ahora. – Deaton explico cambiando la hoja del bisturí y sus guantes, ambos tenían demasiada sangre, Mason ayudo a cambiar algunos artículos médicos y Melisa preparo suturas, sus heridas estaban sanando demasiado lentas, Melisa corroboró su teoría, estaba sanando más lento que un humano.