8 Creo Que Te Amo

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Miles de estrellas iluminaban el bastó cielo junto a la bella luna, el frío viento golpeaba su rostro lloroso, le ardía la piel, hacia una hora que habían salido de Beacon Hills huyendo por sus vidas. Aun no podía creer lo ocurrido, en un día cientos de agentes de la CIA se movilizaron y organizaron un genocidio, la erradicación de los  seres sobrenaturales, de él y sus amigos.

Aun no podía creer que todo esto fuese real, solo esperaba despertar y descubrir que todo era un horrible sueño, que la sangre en sus manos no existía, esperaba que el Theo entre sus brazos con una herida de bala en el epigastrio fuese falso, que los puntos de sutura en su abdomen no se hubiesen roto, y la sangre que se filtraba de los labios del chico en sus brazos fuese roja y no ese horrible mercurio.

– Llegaremos pronto a una zona segura, un grupo de mi manada esta esperándonos – El joven que conducía y cuyo nombre no sabía le aviso desde la cabina.

– Aguanta, pronto llegaremos a un lugar seguro y te curaran – Corei le dijo a Theo tratando de ocultar su preocupación. Desde que salieron Corei y Liam arrastraron a Theo a la parte trasera de la camioneta, Corei los hizo invisibles hasta salir de Beacon Hills.

– Que bien, estaba comenzando a preocuparme – Theo hablo bajo y trato de mantener su típico tono burlón. Liam no hablo desde que salieron, su mente seguía martillando sobretodo lo ocurrido pero Theo no dejo de verlo desde que tuvo la oportunidad, una vez más había arriesgado su vida por Liam y aunque esta vez no sobrevivirá no se arrepiente.

Theo comenzó a toser, la sangre roja con tintes negros y de mercurio escurría por la comisura de sus labios, el olor de Theo cambió de forma radical, el olor a muerte se volvió tan denso que lastimaba y Liam estaba al borde de un colapso mental, no había nadie con ellos que pudiese ayudar.

Liam le limpio la boca con la manga de su suéter, Theo sonrió ante la acción aun cuando tenía los ojos cerrados, antes de retirar su mano fue apresada por Theo, con su mano derecha la sujeto y la llevo hasta su corazón, los latidos de Theo eran lentos, demasiado, Liam apenas podía sentir la vibración de cada latir en la palma de su mano.

– Este corazón no me pertenece – Theo murmuró – Nada me pertenece – Apretó ligeramente la mano de Liam entre la suya – No se que me pertenece de este cuerpo o si mis recuerdos son reales, o si tu lo eres – Theo abrió los ojos para ver el océano en los ojos de Liam, si se lo permitiera podría perderse en ellos.

Theo lo sabía, lo descubrió desde que despertó en el hospital, el nogitsune no solo se llevó sus poderes, se llevó su vitalidad, su vida. Los tratamientos médicos solo retrasaron su muerte pero su cuerpo ya no podía seguir, después de todo solo los doctores del terror sabían como arreglarlo, ya había aceptado su destino pero ver como esos hermosos ojos azules se cristalizaban por las lágrimas retenidas, deseo vivir.

– Solo hay una cosa de la que estoy seguro – Le regalo una sonrisa genuina a un triste Liam – Si voy a morir, me alegra que sea en tus brazos – La sonrisa de Theo no se desvaneció, pero si la voluntad de Liam que comenzó a llorar.

– No digas idioteces, vas a vivir, vivirás y serás molesto, engreído y un idiota hasta que te golpee por ser tan irritante, no morirás – Liam sollozando acercó el cuerpo de Theo hacia si mismo, la idea de tenerlo lejos lo enloquecía.

– Se realista, aun si sanan mis heridas, nadie puede arreglar a una quimera fallida – Liam recordó como Corei y Hayden fueron asesinados tras ser  considerados fallas, justo como Theo esta ahora, sangrando mercurio – Pero tu los reviviste, los salvaste – Liam le recordó a lo que Theo sonrió – Lo único que hice fue robar uno de sus experimentos, solo fui egoísta – Theo tosió más sangre y mercurio.

– Cállate, guarda energía para seguir con vida – Liam le limpio los labios

– Liam – Él lo ignoro

– Liam – Lo hizo de nuevo hasta que después de un par de veces más se rindió y busco los ojos de Theo.

– Me estoy muriendo – Su voz sonaba más baja y temblorosa.

Las lágrimas de Liam se deslizaron hasta Theo que permanecía con el torso recargado en la pierna izquierda de Liam, su cabeza era sostenida por el antebrazo del beta y con su mano libre hacia presión en las heridas de la quimera.

– Estoy muriendo y lo sabes – Su respiración era cada vez más superficial, el ritmo de su corazón se ralentizo, en ese momento no pudo seguir negando la verdad, con manos temblorosas acarició el rostro de Theo, era hermoso. Deseo no ser un cobarde y haberlo besado ese día en el ascensor, de ser así quizás las cosas no serían como están, se odio por ello.

– No quiero – Liam sonaba como un niño rogando porque no le arrebataran su posesión más preciada – No quiero perderte – El débil corazón de Theo sintió un dolor agradable, deseó tener la fuerza para abrazarlo y decirle que todo estaría bien, regalarle una mentira piadosa.

– Liam – El joven lo observó a los ojos – Creo que te amo – Theo le dio una linda sonrisa con rastros de sangre y mercurio.

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