Casi 8 mil palabras, disfruten el capitulo.A Liam nunca le gustaron los hospitales, aun cuando era humano odiaba el olor a antiséptico y la extraña sensación de estar en un laberinto, los largos pasillos blanco iluminados con esa luz blanca le daba un aspecto tétrico pese a no existir ni un centímetro de oscuridad. No tocó ni pidió permiso para entrar a la habitación de Theo, desde el pasillo escuchaba los sonidos agudos del respirador, la respiración superficial de Theo le hizo sentir piel de gallina. El monitor de signos vitales estaba al costado del chico que se mantenía inerte en la cama de hospital, de no ser por esos aparatos y sus respiraciones superficiales cualquiera creería que la vida lo abandono hace tiempo, su piel pálida y grisácea como la cal le daban un muy mal aspecto.
Liam se sentó a su lado admirando su rostro tranquilo bajo una mascarilla de oxígeno, Liam pensó que sin importar su aspecto era guapo. Paso varias horas ahí, no hablaba, solo observaba sumido en sus pensamientos con mil preguntas carcomiéndole la cabeza, vio a más de una enfermera administrarle medicamentos y tomar notas, solo cuando Melisa entro a hacer lo mismo se dio cuenta que todo era muy, muy real.
Para Liam Theo siempre fue temerario, fuerte y eso lo volvía altanero, egoísta y un poco narcisista, solo una vez lo vio doblegarse, cuando fue enviado al infierno. Ni cuando estaba por ser derrotado por los jinetes bajo la cabeza, Liam en secreto admiraba un poco a Theo aunque casi siempre le hacía enojar y deseaba golpearlo. Verlo ahí, en esa cama de hospital le hizo sentir una punzada de dolor en su corazón, sentía el pecho oprimido, y una desesperación que nunca pensó volver a sentir, la misma que sintió cuando Theo desapareció un año atrás.
– Deberías ir a descansar, tu padrastro terminará su turno en un rato, yo me quedaré a cuidarlo. – Melisa le ofreció dejando sus cosas en una mesita en la habitación. – No, me quedaré, el espíritu nogitsune lo atacó y no hay certeza de que no volverá a terminar el trabajo, por ahora me quedaré a vigilar, si algo pasa los llamaré. – Liam parecía cansado, pero Melisa no lo contradijo, ella tenía turno nocturno así que los cuidaría.
– Masón vino a traerte ropa, andar por el hospital con esa ropa llena de sangre asustaría a cualquiera, cámbiate y le avisaré a tu padrastro qué te quedaras con Theo – Liam le sonrió a la mujer – Mason me dijo que la chica poseída esta con Deaton, quieren asegurarse que no vuelva a ser víctima del nogitsune, los trillizos seguirán buscando, Corei y él estarán cuidando de la chica que se llama Mia, es alumna de primero en Beacon Hills – Melisa lo puso al día, Liam escuchaba a medias, una parte de él estaba enojado con toda la situación, pero más con el nogitsune, le arrancaría la cabeza si lo volvía a ver.
– Melisa – El tono de súplica con el que Liam llamo su nombre hizo estremecer su corazón. – ¿Desde cuando Theo regreso? – Liam en ningún momento apartó la mirada del chico inconsciente – Nunca se fue – Melisa respondió tomando sus cosas dejando la mochila de Mason cerca de Liam. – Ha estado viviendo en mi casa desde hace meses, trabaja en la clínica y durante las noches recorre Beacon Hills en busca de cualquier peligro, nos ha cuidado desde que Scott se fue. – Melisa le dijo la verdad, nunca deseo ocultar la verdad, Liam merecía saber la verdad.
Si Melisa fuese un ser sobrenatural sabría que no estaba molesto, se sentía triste y decepcionado.
Pasaron tres días antes de que Theo despertara, en ese tiempo el nogitsune no hizo acto de presencia, al cuarto día Theo fue atrapado por Melisa al intentar escapar del hospital, sus heridas seguían siendo graves, sus poderes seguían sin regresar.
– Sabes que debo irme, tengo que atrapar a ese maldito zorro para recuperar mis habilidades – Theo estaba a nada de arrancarse el catéter venoso en su mano – Lo se, pero no estas en condiciones para andar por la calle, te reconstruimos el estómago, extrajimos una parte de tu hígado y da gracias que la arteria hepática no fue dañada, no puedes andar por ahí con esas heridas – Theo levanto las manos a manera de rendición – Bien, entonces ayúdame a salir de aquí sin riesgo a que mis órganos se salgan. Usa las nueve hierbas de los Sajones. – Melisa iba a objetar pero tenía razón, las nueve hierbas podrían ayudarlo. Aceptó y fue por sus reservas, desde que descubrió su eficiencia las mantenía cerca, se sintió mal por olvidarlas en un momento así.
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Lobos de Guerra
FanfictionLa guerra más mortífera entre lo sobrenatural y la humanidad esta sobre sus cabezas, Monroe le dio un uso retorcido a todos los recursos y contactos de Gérard. ¿Qué puede hacer la manada McCall contra ella? Solo son un montón de adolescentes contra...