♥︎.LVI.♥︎

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LVI

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Nota del autor: ¡Feliz lectura!

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"Aster y Stella salieron a buscar tragos, era un hecho que ninguno de ellos
bebería por Lauren -ni siquiera Charlize, incluso en sus veintitantos-sino por Camila..

Bien:

Camila era una madre tranquila, liberal e impaciente. Podia poner la casa en orden con unos cuantos gritos extra y también dejarlos salir y volver cuando quisieran, siempre y cuando le avisaran, todo estaba bien para ella.

Mientras ella dormía profundamente, Lauren Jauregui permaneció despierta, preocupada de que no regresaran a casa ya que estaban inmersos en fiestas tontas que ella conocía muy bien.

- Ya han bebido demasiado. - Notó la mujer de ojos verdes, observando
el entorno. - Todos ellos.

- Ay, están en casa y Liza ya está muy grande. - Los ojos marrones permanecieron despreocupados, en medio de los hombros relajados. - A
veces me siento como una madre de origen dudoso a tu alrededor.- Bromeó suavemente, acercándose a la mujer.

- Tenemos un buen equilibrio. Ese lado adolescente tuyo nunca desaparecerá de ti - Bromeó Lauren descuidadamente - Ese tipo de.. Energía irresponsable. - sonrió torcidamente.

Camila sintió que su corazón se debilitaba ante esa hermosa sonrisa,
mirándola apasionadamente y para nada ofendida por tales observaciones.

De hecho, siempre tendría esa energía un tanto dudosa viviendo dentro de ella, de una persona completamente despreocupada y cien por ciento jodida con los pequeños detalles. Incluso adornada con la seriedad que provoca la madurez, ella seguía siendo ella y siempre lo sería.

- Estoy lejos de ser un adolescente. - Se burló -¿Sabes lo que he estado pensando? - Arqueó una ceja mientras cogia una vieja foto polaroid de ellas, limpiando con cuidado el polvo. -¿Cómo teníamos sexo mil veces al día? Quiero decir, eso me parece humanamente imposible en este momento.

Jáuregui se rió, echando la cabeza hacia atrás.

- Yo no sé. – Admitió con sinceridad- Las hormonas realmente son milagrosas. -Se encogió de hombros.

- Aún eres bastante traviesa para tu edad. - Camila cerró los ojos - Ni
siquiera puedo acostarme y relajarme en mi cama porque ya tienes ganas de frotarte contra mí.- La enóloga empujó el hombro de su esposa.

Las mejillas blancas se enrojecieron intensamente cuando abrió la boca
en perfecta indignación.

-¿Y? ¡Eso no es verdad! -Negó, atónita - Sigues burlándote de mí todo el día caminando desnuda por la casa cuando nuestros hijos no están.

- Por Dios, Lauren, quítate la ropa también y camina como yo. - Respondió como si fuera obvio– Pero creo que es gracioso, ¿sabes? Estás concentrada en leer tus libros y en cuanto me ves te olvidas de todo. - Sonrió con maldad - Eso me hace pensar que soy como el vino, de verdad.

Ojos verdes cerrados.

- Al parecer, tu ego también empeora. ¿Cuánto falta para que le diga a nuestro terapeuta que casarme contigo fue un error?- Selló sus labios carnosos rápidamente, luego se arrastró hacia otras fotos de la escuela secundaria.

Camila - Camren (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora