2. 💌 LOQUITO POR TI 1/??

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Han pasado dos días, han pasado dos jodidos días, este hombre lo está enloqueciendo con su silencioso letargo, suspira, peinando sus cabellos hacia atrás por impaciencia y golpeando su tobillo contra el frío e higiénico piso del hospital, solo lleva una camisa a medio abotonar, y aquellos pantalones holgados que no se ha quitado en tres días, la montaña de trabajo sobre el sillón de visitas más pequeño, no ha podido dormir nada, y eso lo frustra profundamente, aunque puede aprovechar aquel insomnio para adelantar el exceso papeleo que causó el repentino regreso del alemán.

Bosteza, recostando su cabeza en el espaldar del mueble más grande de la sala, dirigiendo una mirada al dormido hombre, o desmayado? O muerto? No pensaba su diciembre así, se tendrá que deshacer de este problemita si quiere disfrutar de las fiestas.

— oye idiota — susurra tocando la mejilla del hombre en la cama, con su dedo meñique, dando otro bostezo cansado, cuando escucha un quejido responderle le alarma, separándose con rapidez.

Un hombre algo rellenito entra a la habitación, tomando la mano del alemán y revisando su pulso, esos ojos verdes olivo se abren, esos arrolladores ojos, mirándolo fijamente, se queda parado junto a la camilla por un momento, con una mirada piadosa, sacude la cabeza antes de tomar los desordenados papeles del sillón pequeño, y saliendo de la habitación con prisa.

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Sus ojos se cierran y abren con lentitud, por las noches de insomnio pasadas, una canción suena en la radio después de un ruidoso anuncio, suena a diciembre, empieza a tararear la tonada mientras llena el extenso documento sobre el escritorio, suspira, esto es una mierda, pero puede sentir algo de simpatía por aquel hombre aún en el hospital... Eso está mal, muy mal, pero es su naturaleza compasiva.

— loquito por ti, loco loco... — tararea en un susurro, terminando de llenar aquella hoja, y entonces una sensación de incertidumbre llena su pecho, quien se quedará con el alemán... No puede obligar a nadie... Ya no es así, no cree que Alemania se quiera quedar con su padre, el americano haría y deshaceria con el pobre infeliz, los europeos le tienen un fuerte rencor, quien no?

Suspira, tomando sus cabellos con fuerza y dejando caer su cabeza en el escritorio, frustrado, la tonada sigue sonando, llenando la habitación, cuando alguien toca la puerta, responde con un gruñido, dando a entender que la puerta está abierta, es ONU, que entra con una risita nerviosa.

— C.R.O, como va el asunto de... Él

— oh por favor... Sabes que odio mi nombre, llámame como todos, paloma — ríe ante el rostro de incertidumbre de el hombre más alto que el, extiende una mano para que esté le ayude a enderezarse

— lo lamento TN — responde ayudando al hombre recostado en el escritorio, ayuda a este a enderezarse, con una sonrisa amistosa — que haras con el? Ya sé que te desagradan los antiguos métodos, pero... Es necesario en algunos casos —

Frunce el ceño ante eso, mirando al mayor de altura con cierto tono condescendiente.

— eres el pacifista aquí... Tú deberías entender por qué me desagradan los antiguos métodos, los ochenta fueron una época oscura para mí... No quiero repetir lo de —

— lo sé lo sé, solo... Necesito que lo consideres ¿Bien? —

— voy a pensarlo, ¿Feliz? —

— mucho — el pacifista sonríe, para salir de la oficina del otro hombre, dejándolo solo con sus pensamientos, dirije una mirada cansina al extenso documento, para firmar en la línea de abajo y levantarse de la cómoda silla, va a encontrar una solución, una solución humana.

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Se dirije al estacionamiento, con una gruesa carpeta de papeles, y una vieja caja como acompañantes, conduce al hospital en un trayecto silencioso, la radio apagada y su mirada estática e indecisa, no sabe que hará con este internacional problema.

¡!Oh no¡! [Third Reich x Male Reader] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora