ACTO IV

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Mientras los últimos rayos del sol se despedían con un último destello, el mirador se veía envuelto en un vivaz paisaje de tonos ardientes y frios. El cielo se contrastaba de naranja, rosa y gris en constante transformación que brindaba el telón perfecto para el drama que se avecinaba. El viento, intrépido y juguetón, se filtraba entre las grietas, susurrando palabras al oído en las sombras alargadas por el anochecer invernal. La nieve, una delicada presencia persistente, cubría la tierra con su manto de suave calma, contrastando con la ferocidad del clima.

Xeno se acercó a Dani con determinación, sus pasos resonando con firmeza como un depredador que acecha a su presa. Una vez frente a Dani, lo observó sin titubear, como si intentara desentrañar sus pensamientos. Dani experimentó un escalofrío, como si una navaja afilada le rozara el espíritu.

—Para serte sincero, no me impresionas —comentó Xeno con calma, aunque su tono destilaba frialdad—. Se nota que has pasado por mucho, ¿verdad?

—Senpai... —protestó Kotoha con una nota de reproche en su voz. Le desagradaba la manera en que Xeno trataba a Dani.

—Lo sé, Kotoha. Solo estamos conversando, ¿cierto? —respondió Xeno, sin apartar la mirada de Dani—. Tienes muchas interrogantes, lo comprendo. Quisieras respuestas, pero aún no es momento. Únete a nosotros y podremos dialogar en un espacio más propicio, ¿te parece?

Con un gesto amigable, Xeno extendió su mano hacia Dani, ofreciéndole su ayuda. Sin embargo, Dani retrocedió de forma brusca, como si hubiera tocado algo ardiente.

— Claramente no iré a ninguna parte contigo, si esperabas algo más...— dijo Dani con una mezcla de temor y determinación y condescendencia irónica en su voz.

Xeno frunció el ceño, visiblemente molesto por la reacción de Dani. Sus rasgos se endurecieron, y una sonrisa tensa se formó en sus labios.

—Interesante reacción... —musitó Xeno, tratando de ocultar su frustración— Escucha, no pretendo ser descortés, pero no tienes otra alternativa. Estás involucrado en algo mucho más grande de lo que puedas imaginar. Hay piezas en movimiento que escapan a nuestra comprensión. Por favor, colabora. Es todo lo que te pido...

Dani permaneció en silencio, su semblante reflejaba un tumulto de pensamientos confusos. No sabía si confiar en Xeno o desconfiar, si seguir adelante o huir. Sus ojos, profundos y enigmáticos, guardaban sus secretos, mientras su cuerpo tenso y nervioso delataba su temor.

Impaciente ante la indecisión de Dani, Xeno se volvió hacia Kotoha y le rogó con un tono desesperado:

—Kotoha, por favor, haz algo. Ya no sé qué hacer con este chico, es como hablar contra una pared.

Absorta en su teléfono, que emanaba un holograma de luz y circuitos, Kotoha alzó la mirada con una indiferencia calculada. Su voz, imbuida de confianza desafiante, respondió: —Eres el experto en diplomacia, te toca a ti— Sin embargo, el destello astuto en sus ojos sugería que su aparente desinterés encerraba una estrategia oculta.

—Está bien... "Está bien" —masculló Xeno, desconcertado. Volviéndose lentamente hacia Dani, se colocó las manos en la cintura en una postura expectante. Su mirada escrutadora buscaba algún indicio, una señal que confirmara si su mensaje había calado en el joven.

...

Pero de repente, como un sacudón inesperado, el aire empezó a palpitar con una intensidad sobrenatural, generando una tensión que desgarra la realidad, anunciando la inminente llegada de una tormenta. Kotoha, momentáneamente sacada de su trance tecnológico, clavó la mirada en la máquina que emitía la paradoja sobre la figura cristalizada de la Arcana abstracta. En su laptop flotante, otra proyección holográfica cobró vida, mostrando secuencias surrealistas que se desplegaban erráticas tanto en los sensores como en el entorno, cada una más inestable que la anterior. La inquietud en el silencio se propagaba como una onda a través del espacio vacío que los rodeaba, mientras el miedo se adueñaba de Kotoha, paralizándola en su intento por comprender la magnitud de lo que estaba ocurriendo.

"Lą Søcīędąd Dę Løs Åbstrąctøs".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora