2.- En el Museo de Arte

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Yokohama, una ciudad portuaria y la segunda más grande de Japón. En ella hay tanta luz como oscuridad y son tres las organizaciones que la dirigen. Los sucesos sobrenaturales y la lucha por el poder están a la orden del día pero, de algún modo, el equilibrio se mantiene y ha sido salvada en varias ocasiones de la catástrofe por estas tres organizaciones. En el lado "luminoso" se encuentra velando por ella el Gobierno. Más específicamente, es la División Especial de Poderes Sobrenaturales la encargada de ello. En el lado "oscuro" está la Port Mafia, la cual ha tomado el control en todos los estratos de la política y la economía de la ciudad. Entre medias está la Agencia Armada de Detectives, que acaba lidiando con casos complicados que ni la policía, ni el ejército, ni los funcionarios públicos del gobierno pueden tocar. Y por último, tú, que por más vueltas que le dieras no había forma de que entrases en esa ecuación. El razonamiento es simple, no tenías poder sobrenatural ni habilidad para luchar. No sabías si reír o llorar, te sentías tan fuera de lugar en ese instante con aquella cajita secreta entre tus manos... Lo único que tenías en común con aquellas organizaciones es que Yokohama era la ciudad en que naciste y amabas cada uno de sus rincones, pertenecieran a la luz o a la sombra.

Al fin llegaste a la entrada del Museo de Arte. Había mucha gente yendo de un lado para otro, ¿estaría el misterioso hombre por allí? Esperaste unos diez minutos mientras dabas vueltas por el lugar, pero nadie se acercaba a ti. Caíste en la cuenta. Con tanto civil y turista en un día donde el museo se ponía a reventar era imposible hacer la entrega sin levantar sospecha alguna. ¿Y si...? Tal vez estuviera esperando dentro. Decidida, te dirigiste hacia la taquilla sin respetar la enorme cola que se había formado y que, seguramente, seguiría allí durante un par de horas con decenas de personas esperando por entrar. A pesar de las miradas de reproche de los visitantes, te atreviste a llamar la atención de la señorita que se encargaba de gestionar las entradas.

—Disculpe... —Le mostraste con disimulo la tarjeta del permiso que te había otorgado el presidente.

El rostro de la joven, al principio serio reprobando tu irrespetuoso comportamiento, se tornó amable. Había comprendido a la primera. En tan solo unos segundos ya estabas dentro pero, desafortunadamente, allí había incluso más gente que en el exterior. ¿Qué podías hacer? Bueno, dar una vuelta por las diferentes salas era la opción más asequible. Quién sabe si aquel hombre se encontraba agazapado en alguna esquina o estaba contemplando alguna pintura en una sala más discreta y con menos espectadores. Deambulaste por el lugar e, inconscientemente, tus pasos te llevaron a una sala un tanto especial. En ella se encontraba expuesta una pintura al óleo muy famosa de 1940 aproximadamente. Su título, "Landscape".

Habías ido allí muchas veces años atrás, en un momento de tu vida donde todo lo cuestionabas debido a una crisis existencial

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Habías ido allí muchas veces años atrás, en un momento de tu vida donde todo lo cuestionabas debido a una crisis existencial. Te sentaste frente al cuadro para contemplarlo. Afortunadamente no había mucha gente, tal vez con un poco de suerte el funcionario del gobierno se dirigiera a ti. Algo así a como él lo hizo aquel día hace algo más de dos años.

Misión en Yokohama | Dazai OsamuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora