El teléfono de Dazai sonó a media mañana mientras tú estabas en Cosmo World. Nada más ver aquel apodo en la pantalla, "Babosa"; una sonrisa estrecha y algo perversa se dibujó en sus labios. Todo salió justo como había planeado y estaba dispuesto a pasárselo en grande. Descolgó con rapidez, deseando escuchar lo que su interlocutor tenía que decirle.
—¡MALDITO! ¡¿Por qué tengo que ser el último en enterarme?! —gritó como un poseso en cuanto el moreno descolgó.
—Ooooh, Chuuya. ¡PERO QUÉ SORPRESA! ¿A qué debo el placer de recibir tu llamada en este día tan sumamente maravilloso? —Se burló alegremente.
—¡Eres un infeliz! Hasta el jefe lo sabía desde hace más de un año. —Le siguió echando en cara.
—¿Mmh? No sé de qué me hablas. —Fingió a más no poder.
—¡De tu chica, imbécil! —Le espetó, sabiendo perfectamente que se estaba haciendo el tonto.
—¡Obvio! Mori-san debe tener en cuenta que —su tono de voz cambió drásticamente al que usaba en sus años más oscuros—, si la Port Mafia le hace el más mínimo daño, las consecuencias para la organización serán las mismas que si soy asesinado. Todos los secretos saldrían a la luz y sería vuestro fin. Además, me encargaría personalmente de torturar a los responsables hasta que me suplicaran la muerte a gritos y, con mucho gusto, les daría lo que piden dando fin a sus miserables vidas mientras se retuercen en un dolor agonizante.
El matiz era de pura amenaza, tanto que a Chuuya le dio un pequeño escalofrío. No porque le tuviera miedo a su antiguo compañero, sino porque sabía perfectamente que no había ni el más mínimo rastro de falsedad o duda en aquellas palabras. El ex-ejecutivo más joven de la Port Mafia. El hombre más aterrador que había conocido. Era capaz de eso y de más, incluso si su paso por la mafia ahora solo era un fantasma del pasado.
—Pero eso no pasará, ¿verdad? —Remató volviendo a su tono cantarín—. Aaaah, ya sé por qué estás tan molesto. ¿Acaso te sentiste dolido porque no te he dado la noticia personalmente?
—Grrrr, ¡por supuesto que no! —Le ladró—. ¡Me importa una mierda lo que hagas con tu vida! No tienes que darme explicaciones.
—Eso no es lo que habías dado a entender al principio~. —Se cachondeó otra vez.
—¡CÁLLATE! —gritó ofendido.
—Oh, pero al menos reconoce que he sido original. De algún modo, me las arreglé para presentarte a mi adorada (TN)-chan sin tener que ver tu desagradable cara. —Recalcó las tres últimas palabras con notable disgusto—. Aunque, por otro lado, también me habría gustado presenciar en directo cómo te retorcías de envidia y celos a más no poder. Estoy seguro de que eso fue lo que pasó.
—¡¿ENVIDIA Y CELOS DE TI?! ¡JA! Ni en tus mejores sueños, bastardo —siseó molesto—. Lo único que siento es lástima por ella. ¡Eres el enemigo número uno de las mujeres! ¿Aún tengo que recordarte el listado de nombres de todas aquellas chicas a las que hiciste llorar por tu falso amor? Tu lado mujeriego me da náuseas. —Fingió una arcada.
—Vamos Chuuya... de aquel listado hace más de un lustro. La gente cambia ¿sabes? —Rodó sus ojos hastiado.
—No creo que hayas cambiado mucho aunque ahora trabajes para la agencia. Sigues siendo el mismo perro, pero con distinto collar —espetó receloso.
—Puede que en algunos aspectos siga siendo el mismo —aceptaba su lado oscuro, frío y calculador—, pero no en otros, y menos en este. —De nuevo su tono se volvió más grave. —Sé perfectamente que ella jamás me perdonaría si la traicionara de ese modo. Desde luego sería un verdadero idiota si me arriesgo a perderla. Tampoco quiero que hagas una fiesta de celebración para anunciarle a todo el mundo a bombo y platillo que soy un verdadero idiota. Pero es más, siendo sincero, desde que la conocí ni se me pasa por la cabeza. —Su voz se suavizó para añadir—: Solo tengo ojos para ella.
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Misión en Yokohama | Dazai Osamu
Fanfiction𝐃𝐚𝐳𝐚𝐢 𝐀𝐃𝐀 𝐱 𝐋𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫𝐚. Un encargo sencillo llega a la agencia. Sin embargo, todos los detectives se encuentran muy ocupados con sus respectivas investigaciones, por lo que tu novio (Osamu Dazai) decide proponerte como recadera. Fukuzaw...