10-. Accidente

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─No va a funcionar.

─¡¿Puedes callarte y confiar en mí por una sola vez, Jard?!

─¿Cómo confiar en alguien que ni en sí mismo confía?

Soltó con una sonrisa burlona el peli negro, para justo después sonreír con malicia, mostrándole su blanca dentadura a Agua Calentita.

─No eres nada realmente, y sin mí, estarías perdido.

─¿Tan seguro de ello? ─Dijo Jard tomándolo por el mentón ─. Yo no lo creo.

Puntualizó acercándose y surrándole al oído, para justo después lamerle el lóbulo.

─P-para...

Soltó el peli rojo apartando la vista, sintiendo como las uñas de Jard se enterraban bajo su mentón al intentar voltear.

─No quiero.

Volvió a susurrar en su oído, esta vez modiéndole el lóbulo, logrando estremecer al chico.

─¿Estás temblando?

Preguntó con una sonrisa burlona el peli negro, bajando su mano izquierda a la cadera del pelo rojo y ejerciendo más presión con su mano derecha en el mentón de este.

─Sólo aléjate de mí.

Como respuesta a la suplica de Agua Calentita, Jard lo pegó a su cuerpo bruscamente, bajando su mano derecha al cuello de este y tomándolo con fuerza, como si quisiera estrangularlo.

─No vuelvas a darme órdenes.

Dijo molesto Jard mirándolo a los ojos, para justo después, besarlo y morderle el labio inferior, succionarlo un poco y separarse bruscamente, rompiéndole gran parte.

Agua Calentita subió sus manos a sus labios, cubriendo la reciente y sangrante herida, mientras Jard se alejaba con las manos dentro los bolsillos delanteros del pantalón, con una sonrisa burlona mientras se relamía los labios aún con sangre de Agua Calentita.

─Vuelvo a repetirle, no va a funcionar, pero lo haré porque no tengo nada mejor que hacer.

Dijo Jard mirando a Agua Calentita antes de salir de la sala de aquella mansión.

El peli rojo solo cerró los ojos con fuerza y se dejó caer en el suelo, tocando sus labios y su cuello.

─Maldito seas...

Susurró, deseoso de que hubiera seguido, pero siempre era lo mismo, lo dejaba de la misma forma, con los sentidos a tope, la respiración acelerada, y las ganas de poder, algún día, aunque fuera solo por un momento, llegar a intimar con él.

No eran pareja, y quizás era esa la razón para que Jard nunca llegara a nada más, aunque al fin de cuentas, Jard solo hacía lo que quería.

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─Buenas tardes, el día de hoy seré su chofer.

─Eh... ¿Y mi chofer?

Preguntó Awita tras que Jard le abriera la puerta del automóvil.

─No se preocupe doctor, él tuvo que ausentarse, mire, esta es mi identificación, recuerde que estaba en el contrato en caso de incapacidad de mi compañero.

Explicó el peli negro entregando la credencial a Awita, que tras verla alzó rápidamente la vista.

─Oiga... ¿Usted y yo no nos habíamos visto antes?

─Uh, no, en absoluto Doc.

Awita entre cerró los ojos y miró el rostro de Jard, era tan parecido a él, que no quería seguirlo viendo.

 Pᴀɴᴅᴇᴍóɴɪᴜᴍ  [Awidred] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora