Caminaba como los toros entrando al matadero.Así me sentía.
A mi paso todos se abrían a mis costados, todos me daban el paso.
Al final del pasillo, mi oficina, donde la puerta estaba manchada de sangre y más gente hacía tumulto.
─A un lado.
Dije en voz baja, mis trabajadores se apartaron de inmediato y entré.
Abrí la puerta y preparé la pistola de inmediato, ahí, en el centro, Jard me daba la espalda, con las manos cruzadas por detrás, su postura se veía demasiado relajada.
─¿Qué haces aquí?
─Solo vengo a ver a mi hermanito. ─Dijo dándose la vuelta con una sonrisa espeluznante─. Solo eso, Jardred.
─... ¿Cúal es la razón de esto? ¿Acaso no sabes que si ayudas a ese maldito, tú nunca tendrás nada?
─... Lo sé... Pero al menos es mejor a estar para ti... Después de todo... No has detenido las prácticas de clonación.
Entrecerré los ojos... Eso... Eso no era real como tal.
─No es...
─Te recuerdo mi existencia se creó por ello.
No pude evitar fruncir el ceño y negar con la cabeza.
─Tú no eres ningún Clon, eso es algo imposible de hacer, y lo sabes, y si ahora es imposible hacerlo, hace veintitantos años, más.
─Eso no es lo mismo que Awa Ca...
─Te mintió, como a todos.
─Pero... Eso es imposible, si no, yo no...
─¡No eres ningún Clon!... Aunque sí, no voy a negarte que sufriste en ese laboratorio, pero nada fue clonación.
─¡¿Entonces qué?! ¡¿Eso crees que lo vuelve mejor?!
Guardé silencio, solo lo miré a los ojos, estaba ya enfadado, se había acabado mi paciencia.
Me acerqué a paso decidido hasta él y le solté un puñetazo a la nariz, uno que obviamente pudo esquivar.
─¡Solo cállate y escúchame!
─¿Por qué tendría que hacerlo? ¿Por qué no nos ayudas? ¿Es que te has olvidado que a ti también te manipularon en ese laboratorio?
─Jard... Te salvaron la vida ahí mismo.
En el instante un intenso dolor recorrió mi espalda, atravesando mi pecho hasta el otro extremo.
─Ah...
La sangre salió de mis labios y mi visita se nubló, mi cuerpo perdió equilibrio y se inclinó hacia adelante.
Solo pude apoyarme del escritorio, me sentía colapsar.
─No deberías mentir, Jardred.
Miré de reojo mientras respiraba agitado, ese maldito...
─No debiste intervenir desde el principio, ahora mismo esto sería una historia muy distinta.
Terminó de decir Awa Calentita bajando la pistola y mirándome con desprecio desde esa esquina.
Maldito cobarde... No fue capaz de dar la cara, nunca lo fue.
─Eres... eres un... un maldito cobarde.
Me costó decir, a cada palabra sangre salía de mi boca.
Una mano cubría mi pecho, tratando contener la sangre, y la otra se apoyaba del escritorio para no caer.
─¡Siempre diste la espalda a tus problemas! ¡Siempre utilizaste a los demás para lograr tus objetivos! ¡Siempre te escondiste!
Sin saber de donde saqué la fuerza, caminé hasta él, tomándolo del cuello de la camisa y levantándolo para verlo a los ojos.
─¿Recuerdas a Federic? ¿No? ¡Inculpado de todos tus crímenes desde el momento que atentaste contra tu familia!
Mis manos fallaron y lo soltaron en cuanto otro dolor atravesó desde mi espalda a mi pecho nuevamente.
La sangre salió de mis labios con fuerza, dejándome ese sabor metálico mientras sentía como cada vez costaba más respirar.
Caí de rodillas al suelo mientras sostenía con una mano mi pecho, sintiendo el calor de mis sangre escurrir por ella.
─Le pasó lo mismo que a ti por incompetente.
Escuché decir a Jard tras de mí, y esta vez las lágrimas salieron de mis ojos, no por el dolor físico que me estaba matando, si no, por lo doloroso que era verlo creyendo en la palabra de Awa Calentita como si fuera su Dios.
─Eres... un idiota.
─No ─Awa Calentita se inclinó y me tomó de la corbata, obligándome a verlo─. Eso lo eres tú por no colaborar, y por bajar tu seguridad estos días, de verdad, gracias, facilitaste mucho las cosas.
Su sonrisa era despreciable, pero yo ya no podría hacer más... La vida se me estaba escapando como mi sangre entre mis manos.
Los ojos se me nublaron, y me sentí caer sobre el suelo en cuanto él me soltó.
─Púdrete...
Apenas y pude susurrar, sintiendo como la fuerza se me iba, sintiendo como mis ojos se cerraban.
He fallado... Javi... Perdóname por no ser el padre que necesitabas.
Awita... Perdón por el sufrimiento que te cause, por no haberte podido proteger como me prometí.
Wendy... Perdona por nunca poder estar para ti.
─ ᶜᵒᶠ... Awa Calentita... Nos veremos en el infierno, y te haré pagar por todo, toda la eternidad.
Las palabras escaparon con mucha dificultad de mi boca que no cesaba de escupir sangre.
La cabeza dolía, y el cuerpo pesaba.
Por mucho que yo quisiera, ya no podría luchar más, era el final a todo.
─Oh ─Jard me tomó del cabello, obligándome a verlo─. Lo lamento hermanito, pero tendrás más que cobrar cuando vayamos por tu familia y acabemos con este país.
Un arrebato de odio creció en mi interior.
Mi mano derecha se levantó como pudo y rasguñó el rostro de Jard, desgarrando gran parte de su piel, desde sus ojeras hasta su mentón.
Él me sujetó con más fuerza y lanzó tan lejos como pudo.
No podría hacer más, pero ese sería su recordatorio, el recordatorio que siempre lo odiaría por esto.
─Maldito, muere de una vez.
Nuevamente sentí un dolor atravesarme, pero ya no tenía ni la fuerza ni la energía para quejarme.
Los ojos pesaban.
Tenía tanto sueño.
Mi vista se puso borrosa, levanté mi mano hasta mi cara, estaba toda llena de sangre.
Ya no... No podría seguir luchando más.
Seguramente And se molestará bastante cuando se entere que me fui sin avisar...
Lo lamento tanto... Perdónenme... Todos... Por favor.
Mi cuerpo estaba tan débil que mi mano cayó al suelo, y mis ojos tan pesados que solo pude ver a Jard y Awa salir de la oficina.
Era el final.
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⪼⪻...⪼⪻
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Pᴀɴᴅᴇᴍóɴɪᴜᴍ [Awidred]
Fiksi PenggemarHacía unos años, pensaba que ya había pasado lo peor, por fin tenía una familia con la persona que amaba y todo era paz y tranquilidad, sin embargo, no debí haberme confiado, no debí haber bajado la guardia nunca. Creía que ya me había deshecho de L...