———— 04; Maxikiosco.
Universo Alterno.
11 | 12| 23Cristian suspira mirando todo el lugar con el ceño fruncido, no sabé porqué carajo le dijo que sí a Nahuel, pero acá está.
Es una feria bastante grande para ser en su ciudad y escucha música a lo lejos, hay una guirnalda con focos de luz y cada puesto tiene su decorado propio. Se gira a ver a Nahuel, que está de la mano con Antonio, como le gustaba decirle para molestarlo y piensa en las ganas que tiene él de estar de novio. Un poquito se había hartado de ser la tercera rueda, de acá para allá siendo el mal tercio. Y no es que ellos lo hicieran sentir mal, para nada, Antoine era amable y gracioso, y Nahuel siempre lo hacía sentir bien, pero existían esos momentos innegables donde se sentía incorrecto estar ahí con ellos.— Mirá que lindo todo, me encantan las luces. — dice Nahuel sonriente y Cristian decide no comentar nada.
Ahora podría estar en su casa, preparando una pizza mientras escucha a la K'onga, pero no, él le dijo que sí a su amigo a pesar de verse todos los días en el colegio.
Los tres van caminando, Molina halagando casi todo lo que ve y Antoine mirándolo con una sonrisa. Pf, qué ganas de que me miren así, o de mirar así a alguien piensa Cristian mirando a la pareja y sigue caminando a su lado mientras ven los distintos puestos de los artesanos.— ¡Taglia! — dice Nahuel sonriente y se saluda con Nicolás.
Cristian sonríe, hace mucho no veían a Tagliafico desde su cambio de escuela, lo extrañaban bastante en su grupo de amigos.
— ¿Todo bien, Nico? — lo saluda Romero sonriendo y se quedan conversando un rato entre los cuatro.
Griezmann apenas había conocido a Nicolás, pero siempre encontraba la forma de conversar tranquilo a pesar de no conocer mucho a las personas, y de que el español no era su idioma materno, aunque de vivir tres años en Argentina ya parecía ser así.
— ¡Taglia! Te re fuiste, hijo de puta. Me quedé re solo ahí hablando con la señora. — dice un rubio entre risas y Cristian lo mira con atención.
Tenía un porte particular, algo en él le había llamado la atención. Capaz era la interrupción que había hecho, o lo lindo en sus ojos, tal vez su forma de vestir, también los labios, ¿O era el rubio en su cabello? Bueno, si Cristian era honesto era un poco de todo ello junto.
— Perdón por interrumpirlos. — dice con una mueca de arrepentimiento honesto.
— Soy Lisandro, Licha. — dice y se acerca a saludar a cada uno de forma individual.Mientras saluda, Martinez se da cuenta que dos de ellos son pareja, sonríe ante la unión de sus manos. Era algo que le parecía sumamente tierno.
— Cuti. — dice el moreno cuando llega su turno y ve en la cara de Lisandro algo de confusión.
— ¿Cuti de qué? — le pregunta verdaderamente curioso por el apodo.
Romero se ríe.
— Cuti de Cristian. — le comenta y Lisandro asiente sonriendole de labios cerrados.