Perdóname

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Oliver se sentía triste; pensó que hoy sería un gran día, pero no fue así. No pudo entrenar con la selección y pasó todo el día en su cuarto. Paolo lo llevó de la mano a la enfermería, comprendía al capitán y su preocupación por el equipo, pero había sido un poco excesivo esta vez.

El defensa pasó el día leyendo los papeles que sus compañeros le dejaron, trató de animarse diciéndose que podría aprovechar el día aprendiendo español con ayuda de los papelitos.

Las horas pasaron y Oliver decidió bañarse. Fue una ducha rápida que lo ayudó a sentirse más relajado. Prendió la televisión de su habitación y se dispuso a leer los mensajes de su celular. Abrió el chat de su novia y vio un par de fotos que le envió; el rubio le respondió y prometió estar pronto en casa con ella.

Oliver prestó atención al partido que proyectaba la televisión hasta que el sonido de la puerta lo alertó. Se levantó y abrió la puerta.

—Oliver, hola — saludó Yoshimar.

El rubio se quedó callado y se dedicó a apreciar al mediocampista de pies a cabeza. Traía el uniforme que se usaba en los entrenamientos y estaba sudado. Su cabello estaba desordenado y su ropa manchada con barro.

Yoshimar se incomodó con la intensa mirada del ojiazul.

—Estoy sucio, no quiero llenar tu cuarto de tierra. Solo venía a pe-

—Pasa Yoshi, no me molesta.

Yotún sonrió y le dedicó una mirada traviesa al rubio.

—¿Ya sabes español? Eres rapidito, colorado.

No, no, no, solo aprendí un poco hoy. Papelitos me ayudaron. Entiendo poco español, háblame.

Sonne se sorprendió con lo que dijo, logró conectar más de dos palabras en español sin morir en el intento, eso era un logro.

El rubio se sentó en la cama e invitó al moreno a hacer lo mismo. Se dio cuenta de la cara de incomodidad de su compañero de equipo y habló.

—No problem, my friend.

—Eso sí lo entendí, te voy a contratar para que seas mi profe de inglés. Pero en serio, no quiero ensuciar tu cama. Vine aquí para pedirte disculpas por lo que pasó... Ah, y quería darte esto — dijo Yoshimar y sacó un chocolate de su bolsillo —No le digas al profe que te invité esto, secreto pe mano.

El rubio se levantó y recibió el dulce alegremente. Ambos futbolistas cruzaron miradas y Yotún se quedó prendido en los hermosos ojos azules de su compañero. Pasaron un par de minutos mirándose hasta que el fuerte grito del narrador del partido que se transmitía en la televisión los asustó.

Oliver dejó caer el chocolate, y ambos se agacharon al mismo tiempo para recogerlo. El rubio fue brusco y accidentalmente golpeó al mediocampista con su cabeza.

—Ay carajo, creo que me rompiste la nariz... — habló Yotún tocándose el rostro adolorido. El ojiazul comenzó a hablar miles de cosas en inglés provocando la risa del chalaco.

—No problem, my friend, solo es un golpe. Esto me sirve para saber a quién darle la pelota en los córners. Que buen cabezazo, lástima que confundiste la pelota con mi cara.

Ambos se rieron y a los segundos Yoshimar se asustó al ver la expresión preocupada del rubio.

—¡Sangre! Baño, ven, ven Yoshi — ordenó el rubio y tomó de la mano al mediocampista.

Oliver abrió el caño y tomó en sus manos el rostro de su compañero; Yoshimar se quedó en silencio y sintió su rostro arder. La diferencia de altura se podía apreciar aún más en esta situación. El chalaco trató de tocar su nariz, pero la pálida mano de Sonne lo detuvo.

—No toques, please wait — ordenó el rubio y entrelazó sus dedos con los de su compañero.

Yotún fue atacado por los recuerdos de Giancarlo; habían tenido una escena similar en los camerinos de Sporting Cristal hace muchísimos años. El futbolista entró en pánico y se libró bruscamente del suave tacto de Oliver.

El ojiazul lo miraba confundido, creyó que le había provocado dolor al limpiar la sangre y buscó nuevamente el rostro de Yoshimar, pero fue alejado otra vez.

—Oliver, yo... debo irme, perdón por lo que pasó en la mañana. No te preocupes por mí, solo fue un golpe... Hasta mañana.

Yoshimar abandonó el cuarto del danés en cuestión de segundos. El rubio no tuvo tiempo de procesar lo que sucedió y simplemente se quedó en el baño por unos minutos. El agua seguía corriendo y el televisor anunciaba los comerciales.

Oliver salió del baño y vio el chocolate tirado en el suelo, se agachó y lo recogió. Estaba confundido, miraba a la nada y pensaba en lo que pasó. El día más extraño de su vida.

Apagó el televisor y se recostó en su cama. Suspiró y dejó el chocolate sobre la segunda almohada.

—Yoshi...

offside | oliver sonne x yoshimar yotúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora