Borracho

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Oliver nunca había disfrutado tanto de una comida en su vida. Masticaba con placer, mientras todo lo demás desaparecía a su alrededor, hipnotizado por los sabores.

Yoshimar no estaba sorprendido, pues sabía que la gastronomía peruana era digna de admiración.

El celeste pidió una cerveza y una gaseosa, ya que debía conducir hasta el hotel y no quería poner en peligro al rubio; sin embargo, no le privaría de disfrutar su ceviche con una cerveza fría. El joven mesero no tardó en llegar con las bebidas.

Oliver salió de su trance y agradeció.

—Oe, por lo menos mastica, mano — bromeó Yoshimar, avergonzando al danés. Ambos dieron un sorbo a sus respectivas bebidas y continuaron almorzando, más relajados.

—Me gusta Perú — comentó el rubio, tomando un trago de su cerveza.

—Me gustas tú — replicó Yoshimar.

Oliver se atragantó con su cerveza y comenzó a toser, sorprendido por la declaración. Tocó su pecho y respiró con dificultad, mientras el chalaco se reía.

—Tranquilo pe, no te pongas nervioso. No me gusta mentir, a ti te gusta Perú y a mí me gustas tú. ¿Cuál es el problema?

Yoshimar era un hombre muy coqueto, su atractivo físico y su sinceridad ponían nervioso a cualquiera. Oliver no era la excepción; desde el primer día que lo conoció, sentía el rubor en sus mejillas cada vez que interactuaban.

El mediocampista acarició el dorso de la mano del ojiazul y soltó una risa al verlo nervioso.

Oliver se refugió tras su cerveza, bebiéndola sin parar, un grave error ya que su tolerancia al alcohol era patética; sin embargo, era la única manera de evitar los ojos lujuriosos de Yoshimar.

Se apartó del danés y lo dejó comer tranquilo, le divertia molestarlo pero dejaría eso para otro momento, pues se hacía tarde y debían regresar.

Yoshimar recordó la llamada de su esposa y su expresión cambió drásticamente. Extrañaba a sus hijos, pero no deseaba estar cerca de su mujer. Miró a Oliver y una sonrisa iluminó su rostro; algo tan simple como mirar al rubio le generaba un cúmulo de emociones que nadie más lograba.

La risa del danés rompió el silencio y trajo a Yoshimar de vuelta a la realidad. Oliver se veía extraño, su piel blanca estaba pintada de rojo, su sonrisa era traviesa y sus ojos azules brillaban con intensidad. El chalaco se mordió los labios, encantado por el hombre que tenía frente a él; sin embargo, rápidamente desechó cualquier pensamiento impuro cuando notó las latas de cerveza tiradas a un lado. Preocupado, se acercó al rubio.

—Eres un pollo, gringo — se burló el chalaco.

Yoshimar tocó las mejillas de Oliver, quien besó sus manos de manera erótica.

—¡Oye! — exclamó el mayor, exaltado.

Se ruborizó, pues no había esperado el calor de los labios de Oliver recorriendo sus manos, mucho menos de manera provocativa. Esa acción había confirmado sus sospechas: el principito estaba ebrio.

Yoshimar decidió que era momento de abandonar el lugar, así que pidió la cuenta, que le fue brindada amablemente. Ambos futbolistas se levantaron; no obstante, el rubio se tambaleó levemente.

—Ven acá — ordenó el chalaco, pasando su brazo por la cintura del danés, sirviéndole de apoyo.

Oliver aprovechó la cercanía y su mano viajó hasta el trasero de Yoshimar, apretando con descaro.

—¡Oe, acá no carajo! — se quejó, avergonzado.

Apresuraron el paso y Yoshimar suspiró de alivio cuando llegaron a su carro. Con dificultad, sentó a Oliver y cerró la puerta.

Yoshimar emprendió rumbo al hotel, incómodo y asustado por el desenlace de aquel día.

—Yoshi — llamó Oliver, con su peculiar acento.

El chalaco no quitó la vista del camino, grave error, pues no pudo ver las manos traviesas de Oliver acercarse a sus piernas. Su miembro fue apretado, haciéndolo saltar de la impresión. Yoshimar intentó apartar las manos ajenas sin éxito. Oliver acariciaba los muslos de Yotún, extasiado por el físico de su amante.

—¡Ya fue! — gritó Yoshimar, frenando el carro — Borracho mañoso, te voy a coger aquí mismo si sigues así, porque parece que eso quieres.

Oliver sonrió, sin entender, pero encantado por la manera áspera en que lo trataban.

Yoshimar lo tomó del mentón y lo besó, mordiendo sus labios y obligando al menor a abrirlos, permitiendo el paso de su lengua. Sus lenguas se entrelazaron con urgencia, el calor incrementaba en el cuerpo del danés, y se hacía presente en el chalaco. El beso era brusco, violento, ya que ambos estaban desesperados.

El alcohol había sacado a relucir los verdaderos deseos del rubio, la necesidad de besar a su compañero. Gimió sobre los labios ajenos, deseando más.

Yoshimar lo empujó, ese gemido había sido suficiente. No dijo más y se dispuso a conducir. Ambos futbolistas respiraban con dificultad, a causa del apasionado beso.

Después de unos minutos, el coche se detuvo en un callejón oscuro y desierto. Estaban alejados de todo y todos.

—Aquí nadie nos verá — murmuró Yoshimar, con voz ronca. Se acercó a Oliver, sus manos recorriendo su cuerpo con avidez, dejando claro que la pasión apenas comenzaba.


⚽❤️

Arriba Perú! Está copa américa es nuestraaa ^⁠_⁠^
Espero hayan disfrutado el capítulo, se viene el sex0oO

Que guapo se ve Yoshi diosmiooooo 🥵🥵🥵 El hombre de mis sueños definitivamente, ese bigote q ricooo, te envidiamos Oliver

Que guapo se ve Yoshi diosmiooooo 🥵🥵🥵 El hombre de mis sueños definitivamente, ese bigote q ricooo, te envidiamos Oliver

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⏰ Última actualización: Jun 08 ⏰

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offside | oliver sonne x yoshimar yotúnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora