Luego de un par de horas, Claire llega a la casa junto con Tyler, debido a que se lo había encontrado en la entrada de la casa esperandola, a lo que ella lo invita a pasar. Ambos fueron a su habitación y cerraron la puerta.
-Pensé que habías sido tú el que me había dejado las flores en la puerta -Decía completamente tranquila.
-Bueno... -Tomaba la nota para luego leerla -Parece que desean a mi chica -Decía con una sonrisa de lado a lado mientras se acercaba a ella.
-Que gracioso... -Giraba sus ojos hacia arriba -Quizás fue un broma o no sé -Decía sin importancia -Aunque debo admitir que si estaban lindas.
-Para la próxima, te daré las mismas y con muchas más flores -Tomaba el rostro de su novia con ambas manos para pegar sus labios contra los de ella.
Se besaban apasionadamente, él la acostó cuidadosamente sobre la cama mientras aprovechó de tirar la nota que venía en el ramo de flores hacia a un lado, en dónde llegó hasta el armario que se encontraba semiabierto, allí estaba el hombre viéndolos con una lágrima que recorría por su mejilla.
Luego de aquel acto, ambos habían terminado de vestirse y fueron hacia la entrada, porque Tyler debía ir a trabajar, se despidió de ella con un gran beso.
-Hasta luego, amor -Se separaba de ella para caminar hacia afuera.
-Adiós, amor -Lo despedía con su mano.
-Hola Tyler -Bajaba del automóvil la madre de Claire junto con el padre.
-Hola señora Wright, perdón por no poder quedarme más tiempo, me tengo que ir -Decía mientras seguía caminando por la vereda de la calle.
-No te preocupes, cuando quieras, puedes venir, sabes que acá eres bienvenido -Comentaba sonriente.
-Muchas gracias -Le sonreía de vuelta -Señor Wright -El padre de Claire asintió con la cabeza de igual forma en que lo hizo Tyler como saludo antes de que se fuera.
-Hola hija -Volteó en dirección a ella y observó un hombre de gran estatura detrás de su hija, por lo que pestañeó para vereficar si es que estaba viendo bien.
-Hola mamá.
-¡Hija! -Se acercaba a paso rápido a Claire.
-¿Qué sucede, cariño? -Preguntó el padre, en la cuál venía a paso lento hacia a ellas, su esposa lo volteó a ver y al volver a ver a Claire, solo la vió a ella y nadie más.
-Perdón -Dijo agitada por la corrida que se mandó recién -Solo es que... -Completaba la oración al ver que quizás solo había visto mal -No es nada, me alegra que estés bien, hija -Cambió el tema rápidamente.
-Entremos -Finalizaba el padre.
Durante la cena, los tres compartían, hablaban de su día y el qué hicieron, Claire disfrutaba de la comida, esta vez había cocinado su madre, le encantaba como le quedaban sus platillos.
-Hija, hoy saldré con tu madre para celebrar su ascenso en el trabajo con los demás colegas más tarde, asique estarás sola -Comentaba su padre.
-Está bien, no se preocupen -Comentaba Claire -Quizás me coloque a ver alguna pelicula o me vaya a dormir temprano hoy.
-Gracias hija -Le sonreía su madre -Cualquier cosa, nos avisas.
-Si -Respondió ella.
Luego de unas horas, sus padres iban saliendo mientras se despedían de su hija.
Claire antes de subir, decidió servirse un vaso con zumo de naranja, se lo llevó para arriba mientras bebía pequeños sorbos de éste, lo dejó en su mueble y recordó la nota del ramo de flores que Tyler había botado al suelo antes, por lo que trató de ver en dónde había quedado y justo se encontraba un poco dentro del armario que estaba semiabierta, por lo que se agachó y leyó nuevamente la cara para ver si es que reconocía la letra o algo. El hombre agachó su cabeza para observarla, Claire se encontraba frente a su acechador, pero no notó su presencia, se levantó del suelo, sujetando la nota en su mano y con la otra mano cerró el armario hasta dejar la nota guardada en un cajón.
Recordó que dejó sus galletas en la cocina, por lo que fue de inmediato a buscarlas, luego de subir, tomó el zumo de naranja, sentía que estaba un poco extraño de sabor, pero pensó que quizás las galletas que comió, le había cambiado el sabor, por lo que se bebió todo y se puso terminar de comer las galletas de chocolate.
Una vez que se encontraba acostada en la cama, sintió como el sueño bajaba en ella, por lo que se dirigió hacia el armario para ir a colocarse su pijama, pero su cabeza empezó a dar vueltas, no aguantaba el dolor que éste le producía, tomó su cabeza de ambas manos mientras en el último segundo antes que se cayera, el hombre abre el armario y la sujeta antes de caerse al suelo, por lo que ella pestañea cada vez más lento hasta desmayarse por completo.
Él estando arrodillado asujetándola, con cuidado la levanta en brazos, sopesando su fragilidad como si fuera un tesoro delicado, la colocó con ternura sobre la cama, provocando no perturbar la quietud que la envolvía.
Se acostó junto a ella, sus ojos reflejaban protección y fascinación, sus manos cálidas y reconfortantes acariciaron con suavidad el rostro delicado de Claire. La tenue luz de la Luna alumbraba la habitación, resaltando la expresión de deseo en sus ojos mientras la observaba con atención.
El hombre permaneció allí, ofreciendo una presencia tranquilizadora mientras esperaba a que ella no recobrara la conciencia por un rato, para poder seguir al lado de ella, porque era lo que más ansiaba hacer desde que la vió por primera vez. Sus ojos dominantes se quedaron fijos en la joven y con solo estar acá con ella, lo reconfortaba demasiado.
Con sus voluptuosos brazos, la atrajo hacia a él para luego abrazarla fuertemente como si la necesitara, como si no pudiése vivir sin ella, se quedó varias horas junto a Claire, ansiando que los padres de ella nunca volvieran a la casa para no despegarse de su amada.
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Detrás de la pared
Teen FictionEn las sombras de una casa, guarda más secretos de los que sus nuevos residentes podrían imaginar. Un hombre oculto tras las paredes desencadena una peligrosa obsesión por aquella chica. Las paredes guardan más que solo recuerdos, guardan secretos...