Era su cumpleaños. El cumpleaños de la Princesa Merida y vivía una pesadilla; DunBroch era atacado por un hombre que controlaba las sombras y hacia que todos tuvieran miedo y vivieran sus pesadillas. El Rey había tomado como prioridad el huir con los tres pequeños príncipes, llevarlos a un lugar seguro donde estarían a salvo.
La situación empeoró pronto, solo eran la Reina y la Princesa huyendo de esos malditos caballos negros por todo el castillo. Merida sostenía la mano de su madre y la jalaba; sabía que estaba cansada pero no podían detenerse.
- ¡Vamos mamá! ¡Sigue, tu puedes! –
Llegaron al gran comedor y pudieron cerrar las puertas, atracarlas con lanzas. El aliento les faltaba, la reina cayó de rodillas y sostuvo su pecho.
- ¡Mamá!... vamos a salir ¿Sí? Tranquila... -
- Merida... ya no puedo más. Hasta aquí llegué, cariño. –
- No, mamá. Saldremos, solo... -
Una luz brilló detrás de ellas; Merida se colocó frente a su madre para protegerla. Pero se sorprendió ya que era la bruja del bosque de DunBroch.
- ¡Cailleach! Llegaste. –
La Reina se levantó y recibió a la bruja.
- Mi Reina. Tengo todo listo. Hay que irnos. –
- ¿Qué está pasando, mamá? ¿Irnos? –
Su madre iba a hablarle, pero un golpe fuerte se escuchó en las puertas. Eran las pesadillas, las habían encontrado.
- No... Cai, llévate a mi hija. –
Esas palabras asustaron a la Princesa. Vio el enorme circulo morado y verde por el cual había salido la bruja "¿Por ahí podremos salir?" Se preguntó.
- No la voy a abandonar, Elinor. El portal nos puede llevar a las tres. –
Merida prestó atención a todo, así es ella en las situaciones de peligro. Otro golpe en la puerta.
- No quiero interrumpir, pero esas cosas ya están aquí y entrarán en cualquier momento. Mamá has caso a la bruja y entra al portal ¡Vámonos! –
- Ya escuchó a su hija. Va a venir con nosotras. –
La Reina se plantó en una postura seria y su porte impecable.
- Cailleach sabes que no puedo entrar al portal, está escrito en la profecía. –
- ¿La profecía? –
Preguntó Merida.
- Prométeme que cuidarás a mi hija. No importa si ella es de la realeza, no la vas a dejar sola. –
La Princesa no soltó la mano de su madre, pero ella no dejaba de ver a la bruja; tenía una mirada suplicante.
- Te lo prometo, Elinor. –
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FanFics | One Shots
FanfictionLa Inspiración llega y se va, a veces solo es un sueño pequeño, un pensamiento pasajero o alguna imagen en tu cabeza que te llena. ¿Por que no escribir todo eso y hacer historias llenas de magia? Los Ships y FanFics son parte de nosotros. Hay histo...