Después del arcoiris [Trilogía fragmentados #2]

Capítulo 9.

Chicas me avisan si el capítulo les aparece con el guión corto y mal editado ¿Va?

—¿Estás bien?— le pregunto a Yaisa, pero ella no parece para nada afectada con lo que acaba de pasar hace tan sólo unos minutos, al contrario se ve muy... Normal, lo cual me sorprende y me intriga porque cualquier persona que no esté acostumbrada a las cámaras o a situaciones estresantes como esas, se hubiese desmoronado ahí mismo, pero ella no, ella actuó como si fuera de lo más normal para ella, como si estuviera totalmente acostumbrada a situaciones como esas, pero eso seria imposible, ¿cierto?

Trato de alejar cualquier posible conclusión, ya que tal vez estoy algo paranoico y estoy viendo historias donde no las hay, pero luego mi mente me recuerda que no conozco a Yaisa para nada y que las condiciones en las que la encontre eran extrañas y para nada normales, pero luego recuerdo que ella tampoco me conoce y sin embargo está confiando en mi, por lo tanto yo también debo confiar en ella.

—Si, estoy bien, son sólo paparazzis siendo paparazzis, ¿no?— me responde con simpleza restando importancia al asunto, pero yo no puedo hacerlo.

—Manejaste la situacion muy bien.— le digo tratando de aparentar indiferencia.

Observo por la ventanilla del taxi como pasamos los edificios a gran velocidad, el sol ya ha salido, lo que significa que como mínimo han pasado algunas ocho horas desde que tuve mi crisis y en dónde no me he reportado con mi hermana, debe de estar muy preocupada, todos deben de estarlo.

—Oh créeme que me he enfrentado a situaciones peores de ahí y aquí estoy— me responde, ahora sí dirijo mi atención hacia ella, la observo con el ceño fruncido, ahora me siento más intrigado por saber más de ella y a que clases de situaciones se ha tenido que enfrentar en la vida, aunque puedo hacerme una idea por como la encontré —un grupo de cotillas impertinentes no son nada para mi.

—Bueno me alegra saber que eres una chica así de fuerte y valiente— le digo, ella me mira con una mezcla de incredulidad y sorpresa y no sé a qué se debe su expresión.

—¿Acaso acabas de decirme un elogio?— me pregunta, puedo notar la ironía en su voz, suelto una leve risa al ver su expresión —creí que yo te caía mal.

—Oh créeme me sigues cayendo mal— le digo con una pequeña sonrisa.

—No parece.

—Ni creas que me vas a volver a escuchar diciéndote algo como eso— la señalo mientras hablo y ella solo sonríe —es más que ni siquiera se te suba a la cabeza.

—Muy tarde— y aquí en medio del taxi explota a carcajadas, tiene una risa bastante linda, es casi como pacífica y algo contagiosa, cuando la escuchas te trae paz, mucha paz y eso me agrada.

No quiero dañar el buen ambiente que nos ha envuelto, pero si no se lo digo ahora, no lo haré después.

—No quiero asustarte, pero lo más probable es que mañana a primera hora aparezcamos en todas las revistas rosas, en donde de seguro dirán muchas cosas que obvio no son ciertas— su risa se ha detenido, hasta la pequeña sonrisa que estaba portando se ha borrado, todo esto es reemplazado por una notoria mueca de horror, noto como sostiene con más firmeza a su bebé, la entiendo, yo también me siento asustado, sólo que no lo exteriorizo —pero calma, solo te lo digo para que estés preparada para lo que se viene, en dado caso hablaré hoy con mi manager y un amigo el cual es editor para ver si pueda frenar la publicación de esa noticia, pero no prometo nada.

Ella respira con fuerza y resopla —esto es un caos, esto será un completo caos.

—Lo siento— me disculpo con pesar, porque hasta este momento no me había detenido a pensar en lo que la estaba metiendo y no quiero que ni ella, ni Dillon salgan lastimados. Mi vida no es para nada sencilla que digamos, por fuera se ve muy bonita, desde la perspectiva del espectador, pero para el que lo vive es difícil y agotadora —no me había detenido a pensar en que algo como esto podría pasar.