Capítulo 19.

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Aksel Baker.

Me encontraba rodeado de una marea de oscuridad a mi alrededor, estaba tan oscuro que me causaba algo de miedo y angustia, sentía que ni siquiera podia respirar, esto parecía estar en el limbo o en el infierno, quería salir de aquí a como de lugar, pero así mismo apareció ella como sí se tratase de una radiante luz en medio de la oscuridad, brindándole algo de luz a mi camino, porque así era ella, colmada de una luz propia e iluminaba todo a su paso sin importar que tan oscuro estuviera todo y que tan difícil fuera.

Oh Dios cuanto la extrañaba.

—Aksel— me llamó en un susurro mientras sonreía. Su cabello castaño estaba largo, estaba más largo de lo que recordaba ya que la última vez que la vi casi no tenía, su largo vestido blanco ahora estaba limpio, ya no tenía rastros de sangre por ningún sitio, se veía tranquila, feliz, incluso... pacífica.

—Maya— pronuncie su nombre suavemente intentando acercarme a ella y ahí fue cuando sonrió con preocupación. Trato de acercarse a mí, pero retrocedía como si una fuerza externa no se lo permitiera, por lo que ahí entendí que al parecer nunca podríamos estar juntos, ni siquiera aquí en mis sueños.

—Tengo que decirte algo, estas en peligro, sumo peligro, tienes que cuidarte de...— me dijo pero no podía entender lo que me decía porque se estaba alejando de mí, yo corría para alcanzarla pero mientras corría hacia ella, más se alejaba, no entendía que pasaba, yo quería estar con ella, quería estar cerca de ella, pero algo siempre nos impedía estar juntos, esta vez ella desapareció y al segundo apareció él, su verdugo, me sonrió diabólicamente y ahí fue cuando grite su nombre con desesperación y luego desperté agitado y asustado.

Que carajos, estás putas pesadillas acabarán con mi poca estabilidad.

Respire profundamente para intentar tranquilizarme, me senté en el respaldar de mi cama y minutos después me levante pensando solo en esa pesadilla, tenía semanas que ya no tenía sueños relacionados con ella, hasta creí que ya los había superado, pero al parecer eso no pasara nunca, al parecer lo que sucedió fue tan traumático para mí que siempre tendré secuelas.

Me aliste para ir hablar con mi psicóloga sobre esto porque definitivamente esto era algo que había que hablarlo con alguien y quien mejor que ella, que es la que entiende desde hace meses lo que sucede conmigo, mis traumas y estas raras e intensas pesadillas las cuales no les entiendo jamás el significado.

Baje sin saludar a nadie, pero todos estaban ensimismados en atravesarse en mi camino como si quisieran decirme algo, el primero fue Steven.

—Aksel— me llamo intercediéndome, pero seguí con mi camino.

—Ahora no Stev— le dije siguiendo con mi camino y por suerte no me siguió, pero a los cinco minutos después lo intento Alex y luego todos, ocurriendo el mismo resultado, ni siquiera entendía que era lo que estaba pasando, estaba a punto de llegar a la salida cuando una suave pero venenosa voz susurro mi nombre y ahí si me detuve, me giré quedando frente a ella y olvidando por completo lo que tenía por hacer.

—Madre pero que agradable visita— le dije siseando y acercándome a ella, pero me encogí de hombros y me rendí —olvídalo no es agradable y no entiendo que haces aquí, así que si te puedes ir es lo mejor.

Le mencione con sinceridad mientras señalaba hacia la puerta, ella comenzó a reír con gracia como si yo hubiera contado el mejor chiste de la historia, pero lo decía en serio, no quería nada que ver con ella después de todo lo que me sucedió estando bajo su tutela, ella era cruel, mentirosa, despiadada, víbora, una verdadera maldita y no la quería aquí, principalmente con los niños en casa.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2024 ⏰

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Después del arcoiris [Trilogía fragmentados #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora